CIUDADES SUSTENTABLES

Porque la tenencia importa

Puede ser un instrumento que ayude a corregir las desigualdades en términos de ingreso, con tarifas que tasen en mayor proporción a los autos de lujo

OPINIÓN

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Vidal Llerenas / Ciudades Sustentables / Opinión El Heraldo de México Créditos: Foto: Especial

La tenencia es un impuesto, común en la mayoría de los países, que grava la posesión de un vehículo motorizado. En México, hasta 2012, la tenencia era un impuesto federal, igual para todas las entidades federativas, que era cobrado y utilizado por los propios estados. Ahora, cada estado decide la manera de cobrar la tenencia. Eso ha derivado de una competencia para bajarla que tuvo como resultado una importante caída en los ingresos propios locales. Dicha competencia hacia abajo no generó beneficio alguno, ningún estado es más competitivo, o capaz de atraer mayor inversión, o redujo la pobreza por haber disminuido la tenencia, mientras que ahora cuentan con menos recursos para financiar programas públicos. La organización México Evalúa calcula que el potencial recaudatorio de la tenencia en México es de alrededor de 130 mmdp, cuando recaudamos poco más de 50 mmdp. De acuerdo con estimaciones del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), el porcentaje de recaudación de tenencia en México pasó, como resultado de la reforma de 2012, de 0.12% del PIB a 0.07% del producto, cuando el promedio de la OCDE creció a 0.35%.

La tenencia es particularmente importante para las ciudades, en donde se acumulan los autos. Un instrumento como la tenencia permite desincentivar el uso del auto, pagar por parte de los efectos negativos o externalidades que generan, así como incentivar el cambio a tecnologías más limpias.Es por supuesto, una importante forma de financiamiento que puede servir para invertir en transporte público y movilidad alternativa. La Ciudad de México, por ejemplo, en 2011 recaudó alrededor de 5,500 mdp de tenencia, pero en 2021 proyecta tener solamente 4,700 mdp, como la inflación acumulada de estos 10 años es de 50%, eso significa que en realidad la capital pierde 1,600 mdp al año, sin considerar el incremento del número de autos en los últimos 10 años. La ciudad tuvo que modificar la forma de cobrar la tenencia a partir de la reforma de 2012, para competir con los cargos menores en el Estado de México y que Morelos no la cobra. La medida de multar a las personas que residen en la ciudad, pero tienen placas de otras entidades, es correcta, reduce la pérdida, pero la solución está en promover que el esquema de cobro nacional regrese al que se tenía antes de 2012.

La nueva tenencia puede tener un componente ecológico, que favorezca a los autos eléctricos o híbridos, y a los que usan motores de menor tamaño. La tenencia puede ser también un instrumento que ayude a corregir las desigualdades en términos de ingreso del país, con tarifas que tasen en mayor proporción a los autos de lujo, de tal forma de que las personas de altos ingresos contribuyan más a la hacienda pública. Es posible también establecer excepciones, para personas en las que el uso del auto es indispensable, por alguna condición física, por ejemplo, o los vehículos que se utilizan para el trabajo del campo, realizado por personas de bajos ingresos. El punto es que una urbe, como la Ciudad de México, podría financiar, de manera adicional, ciclovías, sistemas de préstamo de bicicletas, mejoras en el metro, más trolebuses, cablebuses, etc., hasta por algo así como 2,000 mdp, si la tenencia se cobrará en el país como en 2011, más lo que pudiera aportar el Edomex a esa tarea en la zona metropolitana. Las ciudades requieren gravar el auto, no existe otra salida para avanzar en la agenda de movilidad y mejora de la calidad de aire.

POR VIDAL LLERENAS
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