DESDE AFUERA

México y una duda existencial

A dos semanas de un exitoso summit con EU y Canadá, el gobierno recibe al Grupo de Puebla, que enlaza a las izquierdas latinoamericanas

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador enfrenta una disyuntiva familiar: México ¿es parte de América del Norte o de América Latina?

La pregunta es una duda existencial para un país que tiene sus intereses con una Norteamérica a la que está integrada geográfica, social y económicamente, pero por historia, tradición y traumas, tiene su corazón en Latinoamérica.
Y se hace más evidente cuando a sólo dos semanas de lo que, según el propio López Obrador, fue un exitoso "summit" norteamericano en el que planteó a México como parte de una alianza para competir con China, su gobierno recibe al Grupo de Puebla, que enlaza a las izquierdas latinoamericanas y española, y plantea un alejamiento de EU.

Pero...

Los más de 45 millones de mexicanos y mexico-estadounidenses que son parte de la población de Estados Unidos plantean un vínculo tan fuerte o más que un comercio que rebasa los mil millones de dólares diarios y una integración que crece todos los días, a pesar de dudas manifiestas en ambos lados de la frontera.

Ese acercamiento es y ha sido parte de un debate nacional, que nunca ha tenido una respuesta clara y podría decirse está en el corazón de muchos de los problemas de ambivalencia que afectan a la política exterior de este país. De hecho, algunas dudas son producto natural de ese enorme desgarramiento entre geopolítica e intereses, por un lado, y preferencias y sueños, por otro.

Para sectores políticos y académicos, de izquierda o nacionalistas tradicionales, un alineamiento con Estados Unidos y el globalismo equivale a “un proceso de desnacionalización”.

Ese cuestionamiento fue tanto mayor con la negociación y entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, con el consecuente inicio de una integración vista con un grado de escepticismo por una parte de la sociedad mexicana, que aún hoy resiente el impacto.

El hecho en todo caso es que la relación se ha hecho más y más intrincada, y que a querer o no, lo que sucede en uno tiene impacto en el otro.

Las razones se han hecho más y más visibles en los últimos años: la migración de indocumentados mexicanos, y ahora también de personas que usan territorio mexicano como puente a EU, tiene enormes implicaciones de política doméstica para los dos países, y su resolución sólo puede ocurrir por colaboración; el narcotráfico en México se ha convertido en un problema de seguridad nacional para Estados Unidos; las cadenas de suministro son un componente esencial del comercio bilateral, la situación política estadounidense preocupa en México y viceversa.

El impacto latinoamericano existe, si bien es mucho menor en contraste: el comercio con Latinoamérica alcanzó 23 mil millones de dólares, en 2019, y sufrió una baja de 13 por ciento, en 2020, por la pandemia. En EU hay poco más de 11.7 millones de mexicanos radicados, y en América Latina, 201 mil 896.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS.
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

 

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