EL DON DE LA FE

La Visitación en Adviento

Jesús aun antes de nacer viene a visitarnos para ver que lo recibamos con gran disposición, con una mayor alegría que en años anteriores

OPINIÓN

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Roberto O'Farrill Corona / El don de la fe / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Para la celebración del cuarto Domingo de Adviento de este año 2021, la lectura del Evangelio relata la visitación de la Virgen María a santa Isabel, madre de san Juan Bautista, una festividad que, con el título de La Visitación de la Virgen María, el calendario litúrgico indica que se celebre 31 de mayo de cada año la fecha; pero esta acción emprendida por la Virgen María también es vista como un relato que es propicio para el Adviento.

La figura de María, que estando encinta es portadora del Redentor encarnado en su seno virginal, y que emprende un viaje para acompañar a su prima, quien también espera en su seno a su hijo Juan, nos mueve a vivir estos últimos días del Adviento de este año con una mayor atención en Jesús niño que, aun antes de nacer viene a visitarnos para ver que lo recibamos con gran disposición, con una mayor alegría que en años anteriores.

El texto del Evangelio refiere: “En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?. Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!” (Lc 1,39-45).

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En efecto, María no viaja sola, la acompaña su divino Hijo; y su acompañante hace que la visitación sea protagonizada por dos personas: la que dirige sus pasos para encontrarse con Isabel y el Niño que vive en su seno y que habrá de nacer en la noche de Navidad.

En unos días más terminará el tiempo del Adviento, y en unos días será Navidad y celebraremos que la Virgen María nos muestra a Jesús arropado entre sus brazos y luego, para que podamos contemplarlo, lo colocará en un pesebre que, a manera de cuna, será el objeto que lo contenga para mostrarle a la humanidad que Dios Todopoderoso, Infinito y Eterno, el Creador de todo ha venido a nuestro mundo para instalarse entre nosotros. Deseo a mis lectores que en esta Navidad nuestros brazos reciban a Dios Niño y que sean, a su vez, un pesebre que nos permita mostrarlo a lo nuestros y a todos los demás.

POR ROBERTO O'FARRILL CORONA

MAAZ

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