TRES EN RAYA

La Doctrina Estrada, por 'el arco del triunfo'

Cuando conviene, se vale opinar, inmiscuirse, hasta enviar aviones para mandar traer ex líderes de determinados países

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Cuando conviene, se vale opinar, inmiscuirse, hasta enviar aviones para mandar traer ex líderes de determinados países. Esto es, ‘the whole enchilada’ de la intromisión por parte del gobierno de México.

Eso sí, al mismo tiempo, la 4T reclama a otros países cuando opinan sobre México o las veces que ofrecen jugosas recompensas, como la anunciada por el gobierno norteamericano premiando a quien informe del paradero de ‘los Chapitos’. Total, para este régimen la Doctrina Estrada funciona a contentillo. Lo mismo que invocar la soberanía nacional: miren que hacer del problema de delincuencia organizada un asunto de soberanía… ¡solo en la cabeza de AMLO!

El presidente López Obrador no únicamente opinó sobre la tensión política que se vive en Perú y las presiones que ha recibido el presidente Pedro Castillo, también envió en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana una delegación encabezada por el secretario de Hacienda de México, ofreció donar vacunas (muchas), combustibles, e incluso organizarles programas sociales.

Después de opinar e indicar que el presidente de Perú sufre una guerra sucia mediática porque “así actúa el conservadurismo en el mundo”, se lanzó a decir: “nosotros somos muy respetuosos de la independencia de los países, es un principio de nuestra política exterior, pero tenemos que defender la cooperación para el desarrollo entre países y pueblos y los derechos humanos”. ¿El conservadurismo atenta contra ello? Vaya…

Incongruente en los hechos; una oda a la bipolaridad, sin olvidar que otros países podrían opinar lo mismo sobre su gobierno. En fin.

El primer mandatario ‘no da paso sin guarache’, así que, cuando defendió a Pedro Castillo y negó que sea su culpa el incremento de la inflación y las muertes por Covid-19, tal vez lo hizo como una suerte de auto disculpa (no se olvide que México es de los países donde peor se ha enfrentado la pandemia, estando entre los cinco con mayor número de muertos por cada 100,000 habitantes).

Adicionalmente, ¿cómo entender sus “desinteresado altruismo” cuando hay tantas necesidades en territorio nacional? Empezando por el desabasto de medicinas. ¡Casi tres años ya!

No es la primera vez que vemos la intervención en asuntos de otros países o el tomar partido en espacios donde debe haber absoluta imparcialidad. Pedro Castillo, populista de izquierda, pasó por un proceso de desafuero promovido en el poder legislativo, donde no lograron los 52 votos necesarios para destituirlo, faltándoles 12. La decisión de juzgarlo corrió por los canales legales y se respetó la votación de los legisladores. ¿Por qué entrometerse, entonces, en un proceso legal, democrático y pacífico?

Pero cuando los cubanos marcharon en su isla para reclamar la falta de libertades, el gobierno de la 4T guardó silencio y clamó por la Doctrina Estrada.

Ser veleta en política exterior conlleva costos en el corto y largo plazo. Máxime cuando estos antecedentes determinan también la forma en que otros países forjan su relación con el nuestro. México debe retomar su larga tradición de ser anfitrión de pláticas para buscar mejores opciones dentro de otros países y ofrecer espacios para el diálogo, pero no de tomar partido. La división es clara, los efectos de no entenderlo pueden resultar desastrosos después de algunas metidas de pata. Ya van varias.

POR VERÓNICA MALO
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

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