TIEMPO DE INFRAESTRUCTURA

Obras y estanflación

El gobierno está desaprovechando a la inversión pública como medida contracíclica que pueda romper con el estancamiento económico, generando empleo y obras con beneficios de largo plazo

OPINIÓN

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Fausto Barajas / Colaborador / Opinión El Heraldo de México

El país está en medio del estancamiento económico y de una inflación no vista por esta generación, al mismo tiempo que el gobierno federal sigue pasmado en la ejecución de la infraestructura.

El tercer trimestre de 2021 el Producto Interno Bruto se contrajo 0.4 por ciento frente al trimestre anterior, mientras que la inflación anual al mes de noviembre se ubicó en 7.4 por ciento; la más alta en dos décadas.

Estos indicadores muestran la puerta de entrada a un escenario de estanflación para la economía mexicana, algo no visto en este siglo. Para romper esta doble crisis, el gobierno podría usar la inversión como herramienta para impulsar la economía, pero, no lo está haciendo.

En el periodo enero-octubre de 2021 se registró el segundo menor monto de inversión física presupuestaria en 13 años, con sólo 556 mil millones de pesos, lejos de 783 mil millones de 2012 o 965 mil millones ejercidos en 2014 para los primeros diez meses del año.

La situación se agrava si consideramos que a pesar de que la inversión es poca se destina a proyectos inviables y con sobrecostos crecientes. El aeropuerto de Santa Lucía que el Presidente anunciaba con un costo de 63 mil millones de pesos hoy ya se estima en 85 mil millones de pesos.

Construir infraestructura en democracia

Está a casi 100 días de ser inaugurado, pero no cuenta con certificaciones para operar a nivel internacional, ni con conexiones para que los usuarios lleguen cómodamente.

El Tren Maya que se comentó que costaría 120 mil millones de pesos, tiene sobrecostos creciendo y el Presidente ya aceptó que se requerirán de 180 mil millones de pesos para terminarlo. Sin embargo, no sería extraño que siga creciendo el presupuesto dado que no tiene un proyecto ejecutivo terminado.

La refinería de Dos Bocas que se prometió con una inversión de seis mil millones de dólares, ya tiene un presupuesto que converge a nueve mil millones de dólares; cada vez más cerca al monto estimado por el Instituto Mexicano del Petróleo en 2019, de 15 mil millones.

Los rubros de infraestructura que han visto sacrificadas sus inversiones para sostener los sobrecostos de los proyectos presidenciales son comunicaciones y transportes, educación, salud y agua, que de enero a octubre de 2021 registraron algunos de los montos más bajos de inversión de los últimos tres sexenios.

• En el sector de comunicaciones y transportes, en enero a octubre de 2012 registraba inversiones de 69 mil millones de pesos, para 2016 alcanzaba 85 mil millones y para 2021 sólo 31 mil millones, todo en pesos constantes de 2021.

• En materia de educación, se pasó de 19 mil millones en 2012, a 13 mil millones de 2016 y hoy apenas supera mil millones de pesos.

• En salud, a pesar de vivir la peor pandemia en casi un siglo, el capital en el sector fue menor de ocho mil millones de pesos, lejos de 22 mil millones que se ejecutaban en 2012, o casi 10 mil millones de pesos de 2016.

• En materia de agua potable y saneamiento, la inversión apenas supera nueve mil millones de pesos; mientras que en 2012 era de 48 mil millones y en 2016 era de un monto de 35 mil millones de pesos.

El gobierno está desaprovechando la oportunidad de usar a la inversión pública como medida contracíclica que pueda romper con el estancamiento económico, generando empleo, obras con beneficios de largo plazo y mejores condiciones de vida para los mexicanos.

POR FAUSTO BARAJAS CUMMINGS 
ESPECIALISTA EN INFRAESTRUCTURA 
@FAUSTOBARAJAS

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