COLUMNA INVITADA

Guerra Fría 2.0

EU y sus socios europeos enfrentan una situación peligrosa ante la posible invasión rusa a Ucrania

OPINIÓN

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Lila Abed / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Créditos: Foto: Especial

Estados Unidos y Rusia pasan por el peor momento de su relación desde la Guerra Fría y el gran despliegue militar ruso en la frontera con Ucrania pone a prueba al Gobierno de Joe Biden.

El presidente de Estados Unidos y sus socios europeos enfrentan una situación peligrosa ante la amenaza rusa de una posible invasión de Ucrania. El mandatario estadounidense ha reunido esfuerzos para reducir las tensiones en torno a la escalada militar que impulsa el presidente Vladimir Putin en la frontera con su vecino.

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La semana pasada, Biden sostuvo una videoconferencia con su homólogo ruso, en la que le advirtió de severas sanciones económicas si las tropas rusas, que concentran entre 70 mil y 94 mil soldados, iniciaban un ataque. Ambos mandatarios discutieron una solución diplomática de la situación, aunque el Kremlin exigió garantías que la OTAN no haga más ampliaciones hacia el este, lo que implica que Ucrania nunca entre en la Alianza Atlántica como miembro.

La Casa Blanca informó que Estados Unidos está preparado para aumentar la presencia de tropas en el flanco este de la OTAN, apoyar la soberanía y dignidad territorial de Ucrania, al igual que implementará medidas de sanción en caso de una mayor escalada.

El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, aseguró que su país está preparado para adoptar medidas que se abstuvo a tomar en el pasado contra Rusia si decide avanzar con una invasión de Ucrania. En 2014, Rusia anexó la península de Crimea, apoyando a los separatistas para capturar territorios orientales de Ucrania conocidos como Donbás, la OTAN se tardó en responder.

Todo indica que los estados miembros de la Alianza, aunque prefieren una solución diplomática a la crisis, estarían dispuestos a activar el principio de defensa colectiva, consagrado en el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, que estipula que un ataque contra uno de los Aliados se considerará un ataque contra todos los aliados.

El G7 también lanzó advertencias contundentes al Kremlin tras la cumbre que celebró en Liverpool. El grupo de siete naciones amenazó a Moscú con consecuencias masivas y un severo daño económico si invade Ucrania. Ante las declaraciones, el segundo funcionario más importante de la diplomacia rusa, Serguéi Riabkov, afirmó que la falta de progreso en una solución político-diplomática conducirá a una respuesta militar rusa.

Joe Biden ha estado en constante comunicación con las mayores potencias europeas y con el presidente ucraniano para generar un frente unido contra Rusia. Culminó una intensa semana de diplomacia con su primera conversación telefónica con Olaf Scholz desde que se convirtió en el nuevo canciller de Alemania, en la cual abordó la movilización de tropas rusas en la frontera con Ucrania.

Desde que tomó las riendas de la Casa Blanca, el demócrata se comprometió a fortalecer las alianzas estratégicas de Estados Unidos e impulsar una política exterior multilateral para hacer frente a sus dos grandes rivales a nivel internacional, Rusia y China. No es ninguna coincidencia que profundizó el cabildeo con la Unión Europea y anunció un boicot diplomático de los Juegos Olímpicos de Invierno en Beijing en el marco de la Cumbre Virtual por la Democracia que se realizó el 9 y 10 de diciembre.

Biden sabe que necesitará el apoyo de países aliados para reposicionar su hegemonía global, en un momento en el cual Estados Unidos sufre un retroceso democrático al interior de su país. Ha perdido legitimidad y credibilidad en el mundo, y la crisis en Ucrania le presenta una oportunidad para demostrar que mantiene la fuerza diplomática que gozaba en épocas pasadas.

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Estados Unidos estima que Rusia podría atacar o invadir Ucrania con unos 175 mil soldados y calcula que el momento más probable de una nueva agresión rusa sería a finales de enero de 2022. Ante un inminente ataque, el escenario global parece dividirse una vez más entre los aliados y los enemigos de Estados Unidos, o en palabras de Joe Biden, entre la democracia y la autocracia.  

POR LILA ABED
POLITÓLOGA E INTERNACIONALISTA
@LILAABED

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