Héctor González estudió ingeniería en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), y como parte de las buenas prácticas del consorcio Chrysler Jeep, primero, lo mandaron a intercambio a Estados Unidos. La empresa que tiene su sede en el norte de Detroit, usualmente se “lleva” a EU a los mejores técnicos mexicanos de su plantas en nuestro país. Así es como se llevaron a Héctor a la factoría de Toledo.
Su desempeño resultó tan brillante que ahora ha llegado a ser jefe de la planta Jeep en Toledo, Ohio. Es decir, un ingeniero mexicano muy exitoso, formado en una escuela pública mexicana y que una trasnacional de automóviles contrató, desarrolló, y en donde ha alcanzado los más altos niveles de realización.
En Toledo está la única planta de Jeep. Me tocó recorrerla con las explicaciones de Héctor... Él originalmente fue comisionado para aplicar la técnica japonesa del Kaisen, que es un procedimiento estandarizado de mejora continua de procesos de producción. En parte, debido al buen éxito de ese proyecto, fue que le asignaron la dirección total de la planta.
Jeep es una de las empresas automotrices más exitosas, a pesar de que ha pasado por la propiedad de otras varias firmas que no lo han sido tanto. Primero fue Willys, en la época de la segunda guerra, con la elaboración de un todo terreno (TT) y diseñado como vehículo ligero en apoyo a tropas en combate.
Con el tiempo, se construyó la modalidad SUV y poco a poco se le agregaron detalles de confort, sin perder su original diseño todo terreno. La modalidad Jeep fue administrada por American Motors, luego Chrysler, después Daimler y ahora, finalmente, Fiat.
La planta Jeep —en la época que fue administrada por Daimler Chrysler—, ha sido la oportunidad de realización para un profesional exitoso y disciplinado.
Como Cónsul de México en Detroit fue un privilegio conocerlo y ver el buen desempeño de un ingeniero mexicano formado en el Politécnico, exitoso en las grandes ligas de la industria automotriz en Estados Unidos.
POR ANTONIO MEZA ESTRADA
YERBANIS33@GMAIL.COM
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