Dos proyectos contrapuestos de partido, y a fin de cuentas de nación, se han revelado en Morena, como consecuencia de la carrera por la candidatura presidencial y la astucia de uno de sus aspirantes: su coordinador en el Senado, Ricardo Monreal, quien causó un cortocircuito ideológico en el morenismo.
El suyo es un proyecto que los eruditos marxistas llamarían la negación de la negación, pues está desnudando las pulsiones autoritarias, estalinistas, retrógradas, conservadoras y reaccionarias de los autonombrados guardianes y continuadores de la llamada cuarta transformación. Veamos por qué.
Monreal es el militante de Morena que se pone de lado de la UNAM cuando el presidente López Obrador y sus ecos la descalifican; el que se atrevió a cambiar la pregunta enviada por Palacio nacional para la revocación de mandato; el que está dispuesto a modificar la reforma eléctrica del Ejecutivo y pide “recato y prudencia” al titular de la CFE, Manuel Bartlett.
Es quien se sabe “socio y no subordinado de López Obrador”; el que no impone su mayoría legislativa y, al contrario, busca consensos, concilia y logra acuerdos con todas las fuerzas políticas; el que se reúne y dialoga con todos los partidos, el que rechaza las encuestas para designar candidatos, método favorito del Presidente.
También es quien está proponiendo una elección primaria, abierta a la población general, para determinar al abanderado presidencial de 2024.
Del otro bando están los conocidos como duros o puros, que consideran adversarios a las clases medias, a los niños con cáncer y sus padres, a los profesionistas, a los que estudian en el extranjero, a los científicos, a los intelectuales, académicos y habitantes de la colonia Del Valle; a los arquitectos, a los ingenieros, a las feministas, ecologistas y protectores de animales; al Nintendo y al Osito Bimbo.
Son encarnados y bien representados por el director del Fondo de Cultura Económica, Paco Ignacio Taibo II, cuyo “progresismo” se basa en la doctrina del “se las metimos doblada, camarada” y “nos los vamos a chingar (con la reforma eléctrica)”.
O el “gobernar por decreto” y “fusilar” a los “traidores” en el Cerro de las Tres Campanas; son los pregoneros del “exprópiese, chingue su madre” y el “abajo todas las pinches reformas neoliberales”.
A esos, Monreal los tiene en shock. Tanto que, en el reciente Consejo Nacional de ese partido, Taibo despotricó: “No sé si sigue siendo miembro del partido el insigne activista permanente en las luchas internas y las grillas como Monreal. Me pregunto si no hay suficientes elementos como para pensar que promovió una candidatura anti Morena”.
Su alcance intelectual sólo les da para ver a Monreal como un veneno para Morena, cuando en realidad bien puede ser el antídoto.
***
EN EL VISOR: Menos vacunas para la campaña contra la influenza, que durante el “maldito” neoliberalismo se aplicaban hasta en el Metro. Ahora, la Secretaría de Salud, de Jorge Alcocer, destinará 32.3 millones de dosis, cuando el año pasado fueron 36.5 millones. Una diferencia de 4.2 millones.
POR RAYMUNDO SÁNCHEZ PATLÁN
RAYMUNDO.SANCHEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@R_SANCHEZP
PAL