ENLACE COMEXI

De Glasgow al Cairo

La COP26 tenía el objetivo de acelerar la implementación del Acuerdo de París, que busca estabilizar el incremento de temperatura en 1.5ºC

OPINIÓN

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Enrique Lendo / Enlace COMEXI / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Después de dos semanas intensas de negociación, 197 países suscribieron el “Pacto Climático de Glasgow.” Para los optimistas, el resultado de la conferencia conocida como COP26, significó un avance. Para los escépticos, el pacto no cumplió con las expectativas de la comunidad científica y los países vulnerables que ya sufren las consecuencias del cambio climático, están destinados a desaparecer.

La COP26 tenía el objetivo de acelerar la implementación del Acuerdo de París, que busca estabilizar el incremento de temperatura en 1.5ºC al final del siglo.

Para ello, tenemos que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en 45% a 2030 y neutralizarlas en 2050. Antes de Glasgow, los compromisos de reducción de emisiones proyectaban un incremento de temperatura de 2.7ºC. Con lo comprometido en Glasgow, se calcula un aumento de temperatura de 2.4ºC, aún considerado como catastrófico.

La principal controversia en Glasgow fue el carbón y los subsidios a fósiles. La Agencia Internacional de Energía estima que para alcanzar el objetivo de 1.5ºC, el consumo de carbón en el mundo deberá reducirse 40% en 2030 y eliminarse en 2050.

El FMI estima que los subsidios a combustibles fósiles generan costos por 6 billones de dólares al año. Por ello, en Glasgow se tenía la esperanza de llegar a un acuerdo para eliminarlos.

Sin embargo, los países consumidores de carbón se opusieron a compromisos ambiciosos, debilitando el Pacto de Glasgow, que sólo aceptó una referencia a su “reducción progresiva.” El país que se pronunció en contra de la palabra “eliminación” fue India, apoyado por China, principales consumidores de carbón. Pero los demás países consumidores, incluyendo Norteamérica, no se opusieron al posicionamiento de los gigantes asiáticos.

China es el primer emisor de GEI del mundo e India el tercero. Sumados aportan 35% de las emisiones globales. Al mismo tiempo, los dos países tienen el compromiso de sacar a cientos de millones de habitantes de la pobreza y no están dispuestos a comprometer su desarrollo y competitividad de corto plazo por salvar al mundo en el largo plazo. En vez de una reducción, las emisiones de GEI de China e India proyectan incrementos de 32 y 89%, respectivamente, en 2030.

La falta de compromiso de los gigantes asiáticos se sustenta en la incipiente oferta de financiamiento de países desarrollados para apoyar transición energética y adaptación a los impactos climáticos. Mientras que el costo estimado para alcanzar la meta de 1.5ºC equivale a cinco billones de dólares anuales, los países desarrollados sólo han comprometido 100 mil millones de dólares, y ni siquiera eso han cumplido. También argumentan que sus emisiones per cápita e históricas son muy inferiores a las de los países desarrollados.

En la COP27 del Cairo, las economías emergentes e industrializadas están obligados a concretar un acuerdo que refleje un mayor compromiso a descarbonizar y financiamiento reforzado para la transición energética y compensación de impactos climáticos.

POR ENRIQUE LENDO
EXNEGOCIADOR DE FOROS INTERNACIONALES, ASOCIADO DE COMEXI Y EXPERTO EN TEMAS ECONÓMICOS Y DE DESARROLLO SUSTENTABLE
@ENRIQUELENDO

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