“Lo máximo que podemos esperar es frenar el aumento de la temperatura global”. - Boris Johnson
El fin de semana se llevó a cabo en Roma la cumbre del G20, este grupo informal de los países industrializados y emergentes integrado por Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea, además de España como invitado permanente. Este grupo de naciones concentran casi 80% del comercio internacional, 90 por ciento de la economía, 80 por ciento del PIB mundial, además de que tienen un alto impacto en el desarrollo global y el cambio climático (80 por ciento), y es donde habitan y trabajan dos de cada tres personas en el mundo.
Este fue el primer encuentro presencial de alto nivel desde 2019 (aunque hubo ausencias que llamaron la atención, como la de Putin, Xi Jinping y López Obrador) y en él se abordaron los retos actuales a nivel planetario, tales como el cambio climático, la emergencia sanitaria de COVID-19, reactivación económica mundial y reforma fiscal a empresas multinacionales. En el rubro del combate al calentamiento global se acordó poner el límite en 1.5 grados por encima de la era preindustrial, reafirmar el Acuerdo de París y concretar los esfuerzos para eliminar los subsidios a combustibles fósiles. Asimismo cumplir, para 2025, con los acuerdos de movilizar 100 mil millones de dólares anuales, tecnología y asesoramiento técnico para los países no desarrollados. Estos acuerdos tendrán que ratificarse en Glasgow, donde en estos momentos se está llevando a cabo la cumbre de la COP26.
Otro de los acuerdos relevantes fue contrarrestar los efectos sanitarios y económicos que ha dejado la pandemia. Del lado de la salud, los mandatarios presentes en Roma se comprometieron a seguir la recomendación de la OMS de vacunar a 40 por ciento de la población mundial a finales de este año y para antes del segundo semestres de 2022 llegar a la meta de 70 por ciento de personas. Para el logro de este objetivo se instó a Estados Unidos, China e India a evitar las restricciones y transparentar la entrega de vacunas.
En lo que respecta a la recuperación económica se comprometieron a mantener las medidas de apoyo, “congelamiento” en las deudas por parte del FMI y sostener los precios y la inflación para los países más necesitados.
Sin embargo, lo más interesante de la reunión en Roma fue el acuerdo de la reforma fiscal a las multinacionales. Y es que dentro del escándalo internacional por los “Pandora Papers”, los dirigentes del G20, acompañados de sus ministros de Economía, consensuaron la creación de un impuesto mínimo global de sociedades de 15 por ciento a las empresas multinacionales que al menos facturen 750 millones de euros (868 millones de dólares), donde Amazon, Facebook y Apple, entre otros, resaltan en esta medida. De igual manera, esta reforma establece una regulación tributaria que garantizará una mayor y mejor distribución de la riqueza a naciones receptoras de estas multinacionales y no solo al país de origen fiscal.
Así, otra cumbre del G20 ha pasado sin que todas sus resoluciones afecten de manera positiva a la población. Esperemos que al menos esta fiscalización internacional ayude a regular y hacer más justo el accionar del mundo entero.
También se desea que en lo que respecta al combate del cambio climático se tomen medidas concretas para alcanzar los objetivos planteados, tanto en Roma como en Glasgow y, que la participación y ejecución de México sea mucho más activa y efectiva de lo que ha sido en este tiempo.
POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR
MAAZ