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AIFA: Sin vuelta atrás

El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles va de frente y sin obstáculos, para que la nueva terminal sea inaugurada el 21 de marzo del próximo año

OPINIÓN

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Carlos Zúñiga / Acceso Libre / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

Justo en la semana de mayor polémica por las obras emblemáticas de la 4T, el Ejército Mexicano invitó a medios de comunicación a recorrer el avance de la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), que lleva más de 80 por ciento de avance y, según los responsables, viene la carga más pesada con una gran cantidad de últimos detalles.

Pudimos constatar que van de frente y sin obstáculos, para que la nueva terminal sea inaugurada el 21 de marzo de 2022 por el presidente Andrés Manuel López Obrador. En el camino, el proyecto ha sufrido varios cambios desde que se decidió cancelar el aeropuerto de Texcoco. El más importante fue la modificación del plan original realizado por el proyectista José María Riobóo.

Pocos saben que el nuevo aeropuerto está diseñado a partir del trabajo que hizo el arquitecto Francisco González Pulido, quien junto con aeropuertos de París, asesoraron a la Secretaría de la Defensa para materializar el diseño en un periodo de nueve meses e iniciar la obra en octubre de 2019.

Es innegable el empeño en el trabajo constructivo que ha hecho la Sedena para avanzar con la obra en dos años. Así lo reconocen organismos internacionales como la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) y el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI). En el nuevo plan, se optó por tener un sistema metropolitano de aeropuertos – AICM, AIFA y Toluca-, en lugar de un centro de conexión o hub que permite distribuir vuelos y pasajeros nacional e internacionalmente.

Pero existen diferencias con los sistemas metropolitanos que operan en ciudades como Nueva York o Londres, donde la conectividad terrestre permite que convivan los aeropuertos de manera eficiente. Por ello, el AIFA tendrá que resolver en el corto plazo este reto, para lo que trabaja aceleradamente en siete proyectos. Entre ellos, la ampliación de la carretera México-Pachuca, además de la extensión del Mexibús y el tren Suburbano.

Si se logra resolver esta debilidad, el AIFA podría convertirse en una alternativa para las aerolíneas, particularmente las de bajo costo, y para los pasajeros que lograrían trasladarse en 45 minutos desde la fuente de Petróleos al aeropuerto. Aun cuando el avance de obra es significativo, otros dos frentes causan dudas, pues son indispensables para la operación.

Por un lado, el diseño del espacio aéreo que, si bien las nuevas rutas de aterrizaje y despegue están funcionando desde marzo pasado, no han logrado materializarse en ahorros de combustible y tiempos para las aerolíneas.

Y por otro, el plan comercial que considera las estimaciones de demanda de pasajeros, posibles rutas y destinos, así como la determinación de la tarifa máxima conjunta que incluye el TUA que pagamos los pasajeros.

De ahí depende el atractivo para las empresas y viajeros. La ciertos es que la obra va de frente, ahora sin obstáculos burocráticos y no hay vuelta atrás. Que la terminal sea un éxito, dependerá de la empresa militar que la operará.

POR CARLOS ZÚÑIGA PÉREZ

COLUMNISTA

@CARLOSZUP 

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