ASÍ LO VEO YO

Las distorsiones periodísticas que casi justifican el terrorismo

Uno puede discutir su interpretación de los hechos y criticarla. Pero en la información noticiosa no hay margen de maniobra entre la verdad y su distorsión

OPINIÓN

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Jana Beris / Así lo veo yo / Opinión El Heraldo de México

Este domingo 21 de noviembre, fue perpetrado un atentado terrorista en Jerusalén. 

Los hechos están claros: un palestino miembro de Hamás, confirmado como tal por el liderazgo de la organización, abrió fuego con un arma “Carlo” hacia civiles que caminaban por la Ciudad Vieja de Jerusalén, cerca de la zona sagrada del Muro de los Lamentos y de la mezquita de Al-Aksa, mató a un israelí de 26 años que estaba en camino a su trabajo, hirió a otros dos civiles y a dos policías que intentaron frenarlo. Otros oficiales abrieron fuego y lo mataron. Así sucedieron las cosas. No es cuestión de interpretación ni de “narrativas” de un lado y del otro. Esa fue la secuencia.

Pero en diferentes medios de comunicación parecen toparse con una seria dificultad para presentar las cosas como son, cuando el asesino es un terrorista palestino y las víctimas son israelíes. Traicionando el deber de informar los hechos tal cual sucedieron, periodistas encargados de elegir los títulos y los encabezamientos para las notas que difunden, distorsionan de hecho lo ocurrido al ocultar datos claves y dar vuelta las cosas.

En los editoriales y notas de opinión, que escriban lo que quieran. 

Uno puede discutir su interpretación de los hechos y criticarla. Pero en la información noticiosa no hay margen de maniobra entre la verdad y su distorsión.

Las maniobras son diversas: 

  • Ocultan al principio la identidad del atacante y de las víctimas, como si alguien hubiera bajado de Marte con un arma y no se supiera quién mató y quién murió.
  • Ponen en el mismo plano a asesino y víctimas, resumiendo el saldo del atentado con “un palestino y un israelí muertos”, como si ambos hubieran sufrido un ataque.
  • Dan prioridad a la muerte del asesino, empezando por “palestino muerto” y recién después de señalar –seguramente a regañandientes- que la Policía lo mató después de haber atacado él a otros a balazos.

A veces, en la noticia misma, aparecen algunos datos más que aclaran la situación. Pero quienes ponen los títulos de esa forma, lo hacen intencionalmente, sabiendo que hay quienes solamente leen los titulares. Y que esa es la impresión central que deja un artículo, lo que está al comienzo, en el encabezamiento.

Algunos de muchos ejemplos

CNN

La organización Honest Reporting criticó que CNN haya titulado la noticia de la siguiente forma: “Un muerto, cuatro heridos, en lo que se sospecha fue un ataque con disparos en Jerusalén”.

No dicen nada de la identidad de las víctimas, ni sobre la del terrorista. 

Cabe agregar otro elemento: ¿De qué sospecha hablan? Un joven muerto, cuatro heridos hospitalizados, la calle repleta de sangre y CNN dice que “se sospecha”? Y si no fue un atentado ¿qué fue? ¿Un asalto a un banco que salió mal?

Deutsche Welle

Aquí ponen en el mismo plano a la víctima y al victimario. 

“Atentado en Jerusalén deja a un israelí y un palestino muertos”.

Es cierto que ese fue el saldo. Pero planteado de esa forma parecería que ambos fueron víctimas. O sea, algo está clarísimo: si el palestino no hubiese disparado para matar a otros, estaría ahora vivo. Lo mataron para que no siga disparando.

El problema central

La forma en que importantes medios de comunicación internacionales abordan la cobertura de un atentado como el perpetrado este domingo en Jerusalén es una alevosa distorsión de la realidad, que casi no logra esconder el deseo de ver cómo no dejar mal a los palestinos y quitarles responsabilidad por lo sucedido.

No hay que generalizar. El que haya habido un atentado terrorista, no convierte a todos los palestinos en asesinos. En absoluto.  Pero quién lo es, pues lo es. Quien mató, lo es. Y tratar de disimularlo, mientras se intenta minimizar el sufrimiento del lado israelí, es una mentira que ayuda al terrorismo.

Ni que hablar de todo lo que omitieron los informes. En ningún lugar hemos visto información sobre la declaración de Hamás del asesino como “mártir héroe”, el hecho que en Gaza palestinos salieron a las calles a repartir caramelos para festejar el atentado y todos los comentarios de felicitaciones de extremistas en las redes.

Todo esto es una vergüenza para el periodismo serio. En lugares oscuros en los que lo que impera es el terror, puedo entenderlo. En el mundo libre, es imperdonable.

POR JANA BERIS
PERIODISTA

PAL