COLUMNA INVITADA

¡Llévelo! ¡Llévelo!

De esta máquina han surgido todas las ideas con las que se ha desarrollado el mundo: la electricidad, la rueda, los aviones, la imprenta, la medicina, la tecnología y todo lo que nos rodea

OPINIÓN

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Tesi Tafich Romo / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Que ironías tiene la vida. Se podría decir que hoy en día, casi todo puede llegar a tener un precio, excepto la salud, el amor, y entre las cosas que no tienen precio está la máquina más perfecta y maravillosa antes vista; es compacta y fácil de llevar pues pesa alrededor de un kilo y medio.  

La única capaz de hacernos sentir felices y realizados, y para nuestra mala suerte, no hay donde comprarla.  

De esta máquina han surgido todas las ideas con las que se ha desarrollado el mundo: la electricidad, la rueda, los aviones, la imprenta, la medicina, la tecnología y todo lo que nos rodea.  

Gracias a esta máquina la humanidad ha tenido buenos y malos momentos.  

Ha sido utilizada responsablemente y en varias ocasiones ha sido empleada de manera imprudente. 

Me imagino que mientras me lees, te preguntas: ¿Qué máquina es? ¿Dónde la consigo? Pues ¿qué crees? La llevas puesta y se te concedió de manera gratuita. Esta máquina se llama cerebro. 

Es la que nos conduce y determina como seres humanos racionales. Es la máquina que en vez de gasolina se estimula por medio de la observación basada en nuestra visión del mundo, nuestros pilares y nuestras creencias, la cual se va construyendo desde el ejemplo de todo aquello con lo que vamos teniendo contacto para así crear el factor que nos diferencia del otro: nuestra experiencia personal.  

La exploración y la curiosidad son nuestras más grandes maestras dentro de este camino que es la vida y por medio de ellas nacen todos los cuestionamientos que nos hacen avanzar.  

La observación y el ejemplo son los más grandes alimentos que le podemos regalar a nuestra máquina.  

Por eso es tan importante conducirlo hacia las referencias constructivas, porque de la única cosa que sí peca esta máquina es de ir en contra de la pérdida de tiempo en cosas que no le aportan experiencia, que no lo hacen crecer, cuestionarse, expandirse.  

Vivimos la mejor era en la historia del mundo, la tecnología nos ha hecho avanzar como seres humanos de una manera impresionante.  

Pero ¿qué uso le estamos dando a todo el acceso de información con el que contamos en la actualidad? 

Conservar esta máquina como si la acabáramos de comprar es nuestra misión, alimentarla de cosas que le ayuden a funcionar mejor es nuestra responsabilidad, para así seguir combatiendo uno de los grandes males que nos invaden hoy en día: la anorexia cerebral. 

POR TESI TAFICH ROMO

COMUNICÓLOGA

@TESITAFICH

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