Cuando hablamos de inversiones responsables (ASG) pareciera que sólo se hace referencia a la elección de portafolios que ofrecen un impacto positivo al medio ambiente; sin embargo, en este segmento los factores de impacto social (S) y gobernanza corporativa (G), aunque son los que menos se visibilizan, también se respiran a diario en las empresas y en la sociedad.
Múltiples estudios indican que las corporaciones que abrazan los principios sociales de equidad de género y diversidad ofrecen no sólo mejores rendimientos y productividad, sino que también permiten a sus colaboradores desenvolverse de manera más armónica.
Si bien hay una mejora del rendimiento hasta en 48% cuando éstos se presentan, de acuerdo con McKinsey, será únicamente en las sociedades en las que estos valores tienen una percepción positiva donde los frutos alcanzarán su máxima expresión.
Por ello, siempre he tenido el firme propósito de adoptar y promover los principios ASG en el país y, justo por ello, este año fui nombrada candidata al Comité Directivo de los Principios de Inversión Responsable, el organismo respaldado por la Organización de las Naciones Unidas (UNPRI), que pretende no sólo dar voz a Latinoamérica y los mercados emergentes, sino también elevar la importancia de los factores Social y de Gobernanza corporativa, que tanta falta hacen en la región.
BRECHA SALARIAL Y RENTABILIDAD CORPORATIVA
Dentro de este contexto, es importante seguir resaltando cómo en el mercado laboral, el permitir que las mujeres desempeñen un rol idéntico que los hombres podría agregar hasta 26% del PIB, que se traduciría en casi 28 billones de dólares para 2025.
Pero, además, la conjunción de experiencias personales diversas permite a los equipos de trabajo establecer esquemas de colaboración más creativos e innovadores que, en términos de mercado, se materializan en el desarrollo de mejores productos o servicios, pues logran ser más empáticos con su usuario final.
Y es que, la equidad de género y diversidad son muy relevantes para el desempeño financiero corporativo y, por ende, para los inversionistas. Hablar de los niveles salariales de género permite comprender las políticas y estrategias que al interior se tienen para el desarrollo y retención de talento, lo que contribuye a la rentabilidad de la inversión ajustada al riesgo.
Sin duda, potenciar las oportunidades de desarrollo para México implica, por lo tanto, ofrecer las condiciones necesarias para que más de la mitad de la población del país, que son mujeres, puedan desempeñase con equidad laboral, social y salarial.
POR MARIBEL MONTERRUBIO
CEO DE VITALIS
mmonterrubio@vitalis.com.mx
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