ANECDOTARIO

"Resucitar"

En su tercera temporada, la serie de Luis Miguel da por cerrada la rendija a una intimidad brevemente abierta con el fin de recuperarse económicamente

OPINIÓN

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Atala Sarmiento / Anecdotario / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

En su tercera temporada, la serie de Luis Miguel da por cerrada la rendija a una intimidad brevemente abierta con el fin de recuperarse económicamente.

El quebranto monetario vino, según los 6 capítulos, tras una serie de demandas en su contra y malos manejos contables y administrativos por parte de quienes lo representaron en el pasado y que lo tienen hipotecado de por vida.

La trama da leves pinceladas de sus excesos por lo que, como espectador, es fácil intuir que el cantante tocó fondo.

Y cuando se toca fondo es necesario empezar con el lienzo en blanco, reconstruirse, o más emocionante aún, resucitar.

Esto me llevó a pensar en la diseñadora italiana Elsa Peretti, fallecida en marzo de este año a los 80 años y con quien Luis Miguel tiene nada y mucho en común.

Elsa nació en el seno de una acomodada familia italiana, su padre Nando era un potentado petrolero y ella, la menor de sus hijas, no quiso dedicarse al negocio de su linaje.

Fue la hija rebelde y a los 20 años decidió abandonar su natal Roma para instalarse en Barcelona en donde comenzó su carrera como modelo.

En la ciudad condal se codeó con la crema y nata de las artes, fue amiga de Salvador Dalí y el escultor Xavier Corberó.

La mirada de la entonces modelo hacia la vida era muy singular y su inmensa curiosidad la llevó a trasladarse a Nueva York en los años 70. En la Gran Manzana conoció al diseñador Roy Halston quien la introdujo con el presidente de la casa joyera Tiffany y ahí comenzó a forjar su propia leyenda.

Elsa trabajó 40 años para la prestigiada firma revolucionando con sus diseños en plata.

Por aquellos tiempos sus alocadas noches en el Studio 54 junto a su inseparable Halston y Andy Warhol, la arrastraron a una vida borrascosa, hasta que un día, rebasada por abusar de las sustancias, decidió cambiar de vida.

Habiendo tocado fondo, Colita, una fotógrafa amiga suya, le mostró la imagen de una vivienda en ruinas en el pueblo de Sant Martí Vell, Girona. No había agua, ni luz, pero se empeñó en comprarla; necesitaba refugiarse allí para resucitar y reconstruirse en paralelo a la casa ¡Y así lo hizo!

Con el tiempo no solo la reconstruyó, sino que se dedicó a restaurar el pueblo entero mientras siguió inspirada creando sus icónicos diseños para la casa Tiffany.

Qué fantástica manera de resurgir, desde las paredes internas de su alma, hacia el exterior -las de su hogar- y así seguir nutriendo su genio creativo.

En la esquina de una callecita en Massa Carrara, Italia, aún están en pie los restos de una casa abandonada. Es la morada que vio nacer a Marcela Basteri. Podría ser el perfecto refugio del cantante quien -por lo visto en la serie- ha tocado fondo.

Igual que Elsa, Luis Miguel necesita resucitar como humano; solo así podrá volver a ser el gran artista que algún día fue.

POR ATALA SARMIENTO
COLUMNAS.ESCENA@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@ATASARMI

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