Para las elecciones de este domingo 21 de noviembre en Chile, así como en el resto de lugares en los que en las próximas semanas se realizarán procesos electorales en la región del centro y sur de las Américas, la representación política es la clave para el futuro de la confrontación política y las controversias.
En Chile, nuevas formaciones se presentaron en el escenario electoral. Por lo cerrada de la contienda, los últimos datos en las encuestas publicadas pocos días antes de las votaciones, indican que es muy probable que se vaya a segunda vuelta, por lo que toca a la elección presidencial. La cuestión de fondo se podrá resolver al final con alianzas y coincidencias, según la primera vuelta.
El mismo domingo, en Venezuela, se celebran las elecciones regionales que contarán con mayor variedad de observadores y testigos del proceso que en las últimas ocasiones. En cierta manera, los comicios son no sólo resultado del avance del diálogo político interno entre el gobierno y la oposición, sino también un paso que reforzará seguramente las posibilidades de otros acuerdos de mediano y largo plazo.
El multipartidismo con nuevas alineaciones llegó para quedarse en esta ola electoral regional. Varias elecciones han mostrado sus fortalezas cuando por pequeños que sean los partidos, si mantienen los mismos establecidos, aseguran la diversidad de la inclusión, dando garantías de corto, mediano y largo plazo de que la gobernanza política tiene más medios para sostenerse.
La decisión del electorado argentino, el fin de semana pasado, fue claro y en el mismo sentido. Se mantiene la preferencia multipartidista, aún cuando pierda terreno la formación en el gobierno. Si bien muchos analistas no esperaban los resultados que surgieron al terminar el proceso de votación y revisión de resultados, lo cierto es que ofrece un marco de información que con seguridad será tomado en cuenta por el gobierno actual, de cara a las siguientes decisiones.
Por el contrario, el resultado de la votación en Nicaragua, ya ha llevado a una decisión de la propia Asamblea General de la Organización de Estados Americanos que fue votada a favor por 25 de los países miembros, mientras siete se abstuvieron. El documento cuestiona la legitimidad del proceso que culminó hace dos fines de semana y sus resultados.
Por lo pronto, en Honduras ya se ha activado un mecanismo de atención ante los posibles conflictos electorales que puedan surgir el 28 de noviembre. Se ha conocido apoyo por la Unión Europea y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo ya activó esta semana el Sistema de Alerta Temprana (SAT) para vigilar y mitigar conflictos de violencia en las próximas elecciones. Entró en funcionamiento 15 días antes de la jornada de votaciones
Mientras, se mantiene la preocupación interna y externa por la violencia política en Honduras en este proceso por el que se decidirá por la Presidencia, las tres vicepresidencias, 298 alcaldías municipales, 128 diputados al Parlamento local y 20 al Parlamento Centroamericano. La cuestión es la representación política y social en la toma de decisiones en los asuntos públicos.
POR GUADALUPE GONZÁLEZ
CATEDRÁTICA UNIVERSITARIA
PAL