La frontera terrestre entre México y Estados Unidos se ha conformado desde hace tiempo como un territorio de movilizaciones, intercambios y conflictos. Uno de los espacios más activos en el mundo actual. Desde su establecimiento a mediados del siglo diecinueve hasta la actualidad ha sido testigo de una historia entrelazada entre dos países. Es una relación que pasa por aspectos económicos, políticos, sociales y culturales.
Esta semana se reanudó la circulación terrestre entre México y Estados Unidos tras 19 meses de cierre debido a la pandemia. Una reapertura que terminará beneficiando a los millones de mexicanos y estadounidenses de los estados fronterizos que estaban habituados a cruzar por distintas razones. Y es que las relaciones bilaterales entre ambos territorios implican un importante derrame económico, así como un fortalecimiento de los lazos culturales, mismos que han estado presentes desde las primeras generaciones de migrantes de mexicanos en Estados Unidos, hace ya más de un siglo.
Los efectos de dichas medidas afectaron a ambos países. Según un análisis por José Iván Rodríguez, investigador del Centro del Instituto Baker para Estados Unidos y México, el cierre del cruce fronterizo generó una pérdida de 20 millones de dólares en la región estadounidense de la frontera; esto se debió, en gran parte, a la ausencia de mexicanos, principalmente habitantes del norte, que fueran a ir de compras en las ciudades estadounidenses más cercanas.
Varios diarios reportaron el cierre de distintos negocios en lugares como El Paso y San Diego que se beneficiaban económicamente con la presencia mexicana. Por el otro lado, según César Buenrostro, socio líder de Comercio Internacional y Aduanas de KPMG en México, en una entrevista a El Economista comentó que las pérdidas para la región fronteriza mexicana fueron de alrededor de 55,300 millones de dólares hasta julio de 2021. En general, en términos de economía fronteriza, ambos países se vieron afectados, aunque más el nuestro.
Ahora que se dio la reapertura, no cabe la duda de que uno de los principales puntos que deberán trabajar en conjunto los estados fronterizos, tanto de México como de Estados Unidos, es la recuperación económica. No es el único de los temas a tratar, ya que, de la misma manera todavía está la situación de los miles de migrantes que se encuentran varados en la frontera, más los que siguen llegando, cuestión que también obliga a ambos gobiernos regionales a abordar dicha problemática a partir de la cooperación administrativa.
Una de las ironías de las fronteras terrestres, es que, a pesar de representar la exclusión hacia el otro, terminan convirtiéndose en espacios de intercambios y acercamientos. Esos 3145 km de longitud existen de manera que están estrechamente unidos, más allá de la delimitación internacional. Lo que afecta y beneficia a un lado, afecta y beneficia al otro.
POR IGNACIO ANAYA MINJAREZ
@IGNACIOANAY
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