COLUMNA INVITADA

Emperador Cesar Augusto aportando a la fraternidad

Tomemos como referencia a Cesar Augusto, Rey Salomón y Cosimo De’ Medici. Sus fortunas fueron calculadas en 4.6 trillones de dólares, 2.2 trillones y 129 billones de dólares y en dólares (un billón son mil millones en español), respectivamente

OPINIÓN

·
Óscar Sandoval / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

`Imposible´ estar en desacuerdo con garantizar un derecho a una vida digna a 750 millones de personas: ahí la magia y el triunfo del presidente López Obrador en Naciones Unidas.

¿Qué sigue? Demostrar en hechos que lo propuesto para el Mundo, muy similar a la política que implementa contra la pobreza en nuestro país, funciona más allá del discurso en los múltiples informes anuales y #Mañanera. También es `imposible´ no desear que sea realidad.

La lógica del Presidente está en la tributación, no en la producción. Es normal porque su juego está en la política y no la empresa que entre más gana -para los #4T- o genera -para los (neo) liberales-, más tributa. El reto es que agregue a la ecuación que la empresa ha demostrado ser la única capaz de generar desarrollo.

En temas económicos siempre es mejor ver a futuro, pero tomando en consideración su legitima aspiración de que los libros de historia lo describan como el mejor presidente de México, pongamos en números lo que la propuesta del “cobro de una contribución voluntaria anual” (también `imposible´ no observar  la ironía discursiva entre cobro y pago voluntario) del 4 por ciento de sus fortunas a las mil personas más ricas del planeta y una contribución similar de las mil corporaciones más importantes por su valor en el mercado mundial (ojo, si las corporaciones bajan su valor por coyuntura o política en los lugares en donde operan, menos será el monto para los beneficiados).

También, obviemos la alta probabilidad de una doble tributación porque la posibilidad de convertirte en una de las mil personas más ricas del mundo sin ir de la mano de ser pilar o creador de una de las corporaciones más importantes y que sea legal y moral, está cuesta arriba.

En este contexto llama particularmente mi atención los datos de “The Money Project” que hacen un espectacular esfuerzo por traer a cifras de estos tiempos las fortunas de los hombres más ricos de la historia hasta antes de la Revolución Industrial. ¿Cuánto hubieran aportado a la propuesta de nuestro presidente?

Tomemos como referencia a Cesar Augusto, Rey Salomón y Cosimo De’ Medici. Sus fortunas fueron calculadas en 4.6 trillones de dólares, 2.2 trillones y 129 billones de dólares y en dólares (un billón son mil millones en español), respectivamente.

Tan solo la fortuna de los Medici, la más pequeña de las referencias que tomamos, aportaría $6.88 dólares anuales por cada uno de los 750 millones de personas beneficiadas por el programa social global. La del Emperador Cesar Augusto rondaría los 245 dólares y la del Rey Salomón que la obtuvo, entre otras cosas, por tributación, los 117.33 dólares.

En suma, tan solo estas tres fortunas darían un dólar extra, 50 por ciento más, a aquellos que lamentablemente sobreviven con menos de dos dólares diarios.

Lamentablemente ni la fortuna de Cesar Augusto realmente vale 4.6 trillones de dólares, ni el ingreso de una persona aumenta, por discurso en 50%, ni que lo diga la Constitución lo hace real. En la historia, una iniciativa de esta naturaleza hubiese significado una guerra entre reinos, unos peleando dinero y tierras, otros, popularidad.

POR ÓSCAR SANDOVAL SAENZ
CONSULTOR, SOCIO DE 27 PIVOT
OSANDOVALSAENZ@27PIVOT.COM
@OSANDOVALSAENZ

PAL