LA ENCERRONA

La otra cara de IG

"Los líderes de Facebook saben cómo hacer que Instagram sea más seguro, pero no harán porque anteponen sus beneficios astronómicos a la gente". Frances Haugen

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En la entrega anterior escribí de cómo nos hizo sentir -por más de seis horas- la ausencia de redes sociales (las más populares) en nuestra cotidianidad. Gracias a esta falta de hiperconexión, inmediatez e incluso “comunicación” pudimos reflexionar en la importancia que tienen las redes en la vida diaria de millones de personas en el mundo. Cuando estas se restablecieron pudimos observar comentarios de usuarios que experimentaron ansiedad al no poder utilizar ni actualizar sus perfiles en decenas de países, pero también muchas otras personas percibieron tal ausencia como un momento de tranquilidad.

Si bien, las redes sociales digitales nos permiten el acceso a la información expedita e inmediata, interactuar con nuestros conocidos, eficientar las actividades laborales, asumir una postura política ante ciertas coyunturas, denunciar servicios deficientes o simplemente compartirle al universo en dónde estás o mostrar nuestros alimentos, de igual manera el uso excesivo de estas herramientas están causando perjuicios importantes en la salud mental de las y los usuarios más jóvenes, así como los riesgos en la seguridad que pueden tener.

En este sentido, echemos un vistazo a Instagram (IG), la aplicación estrella de Facebook y la que ha crecido más en los últimos años y la red social que acoge al mayor porcentaje de la población juvenil en el orbe con un 33 % de usuarios entre los 16 y 34 años. En nuestro país (de un universo de 77 millones de mexicanos que utilizamos alguna red social) esta cifra es más del doble con el 68 % de personas que frecuentan IG para comunicarse, observar lo que ocurre con sus personajes predilectos y también para dejarse observar por las otras personas. Por lo que varios expertos han puesto su atención en los efectos que causa esta red a los adolescentes. 

Según un informe elaborado por el propio Facebook, mismo que filtró a medios de comunicación Frances Haugen, el “32 % de las mujeres adolescentes que usan Instagram se sienten peor con sus cuerpos”, lo que causó revuelo entre expertos en salud mental y sociólogos concordando en que los y sobre todo las adolescentes pueden presentar una mayor afectación al respecto, coinciden que “la adolescencia, y en particular el principio de la década de los veinte, son los años en los que eres muy consciente de los contrastes entre quién pareces ser y quién crees que eres”, como detalló la Dra. Donna Wick, psicóloga y titular de Mind to Mind Parent, lo que puede causar el trastorno conocido como “el síndrome del impostor”, además de ansiedad y depresión.

Al respecto, las voces de los expertos enmarcan lo dañino de IG se encuentra en su origen, una red creada con base en cinco indicadores: el físico como (única) presentación; una realidad falsa, pero siempre perfecta; público objetivo sensible (como la adolescencia); absorción de tiempo e interés (por lo que cuesta mucho cerrar sesión); eco extremadamente tóxico (reacciones dolosas). Aunado a esto, los peligros que conlleva la suplantación de identidad o perfiles falsos con fines delincuenciales. 

Sabemos que los peligros en las redes son muchos, pero también que sabemos que estas herramientas llegaron para quedarse. Por lo que, como madres y padres de familia, debemos estar muy atentos a lo que pasa en las redes sociales de nuestros hijos e hijas, involucrarnos en sus gustos y aficiones, abonar permanentemente a su autoestima y confianza, generar relaciones personales, incentivar la interacción -presencial- con sus pares, mantener horarios offline, entre otros. Cuidemos a nuestra niñez y adolescencia. 

POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR

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