LA FORMA ES FONDO

De las redes a la realidad

Esta semana fue la Senadora Lilly Téllez quien recibió amenazas relacionadas con “matar a su hijo”, derivado de un tweet donde menciona el hacer frente a la visita del Presidente López Obrador en el Senado

OPINIÓN

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La forma es fondo.Alejandra Cerecedo Constantino / La forma es fondo / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hace unos meses un grupo de columnistas se unían para evidenciar la violencia machista y las agresiones recibidas en Twitter, creando la iniciativa “Mi primera amenaza”, pues el 73% de periodistas han sido víctimas de ciberacoso de acuerdo a datos de la UNESCO.  

Recientemente, la periodista Denise Dresser publicó una columna para Opinión 51, donde defiende a la Dra. Beatriz Gutiérrez Müller de los ataques misóginos y sexistas y llama a denunciar la normalización tuitera de la violencia de género.  

Esta semana fue la Senadora Lilly Téllez quien recibió amenazas relacionadas con “matar a su hijo”, derivado de un tweet donde menciona el hacer frente a la visita del Presidente López Obrador en el Senado con motivo de la entrega de la Medalla Belisario Domínguez.  

Del “voy a violar a tu hija” al “voy a matar a tu hijo”, así las amenazas en el mundo no tan alterno de las redes sociales.  

Hay quienes piensan que internet es un mundo aparte, que quienes están en redes no sienten las agresiones, que no les afectan física o emocionalmente. La actriz Regina Blandón ha señalado en múltiples ocasiones la falta de empatía de los haters, evidenciándolos y mostrando además su interés por reaprender y por utilizar el lenguaje inclusivo, que ya ha sido adoptado por muchos, incluso el Ministro Arturo Zaldívar ya lo usa y ya tiene Tik Tok para acercar la justicia y los derechos humanos a la ciudadanía, en especial a los jóvenes. 

En el tema de las agresiones, además de las mujeres, los miembros de la comunidad LGBT son los más afectados, -entre otras cosas- por el uso de este lenguaje con el que pretenden visibilizar su identidad de género. Aunque no soy adepta a practicarlo, puedo hacerlo si una persona me pide referirme a ella de cierta forma. Para algunos que no lo toleran, el problema no es la palabra sino la realidad que nombra.  

Un amigo de la SCJN me recomendó “El ciudadano ilustre”, una película argentina donde un ganador de un Premio Nobel regresa a su pueblo después de 40 años y se topa con la miseria de la condición humana, bien decía que “no hay que volver a Ítaca”. Esta película refleja la decadencia mental y cultural que existe en algunas personas, que habita en algunos lugares; un tema sumamente cultural y que trae consecuencias fatales.  

Los ataques y el odio en redes sociales se convierten en odio en la realidad, y ese odio mata, directa o indirectamente. “Aquí estaré y a ti te defiendo”, concluye Denise Dresser en su columna, señalando que “nos une la obligación moral de custodiar la dignidad de las mujeres”. Más allá de esa razón, creo que hay que defendernos no porque seamos mujeres; tando en redes sociales como en la realidad, hay que respetarnos simple y sencillamente porque somos humanos.  

POR  ALEJANDRA CERECEDO CONSTANTINO

ASESORA  EN EL SENADO DE LA REPÚBLICA

SSB