COLUMNA INVITADA

Crisis energética en el orbe

En Europa una escalada de precios de petróleo y gas han triplicado sus costos en lo que va del año

OPINIÓN

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Manuel Rodríguez / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

La energía es un asunto de Seguridad Nacional para todas las naciones. El desarrollo e incluso la vida misma de las sociedades contemporáneas dependen de su acceso y disponibilidad, lo cual ha quedado de manifiesto con lo que pasó, primero en Texas, estado sureño del vecino país del norte, a principios de año, y lo que actualmente está ocurriendo en Europa, donde se ha desatado una crisis energética.

En Texas, a principios de año, como consecuencia de un vórtice polar se vieron en la necesidad de paralizar la comercialización del gas y cortar el suministro eléctrico a la población, lo que disparó el precio del gas hasta en un cinco mil por ciento; al pasar de 3 dólares por un millón de Btu (MM Btu) a 200 dólares; incluso llegó a cotizarse hasta en 600 dólares.

En los meses siguientes, en Europa germina una crisis energética, como consecuencia de la pandemia del COVID-19, que paralizó las cadenas productivas a escala global, provocando, primero, una estrepitosa caída en los precios de los hidrocarburos ante la baja demanda, que se tradujo en cotizaciones negativas en la primavera de 2020.

Pero, con la reactivación económica de China, de manera vertiginosa aumentó la demanda de gas y petróleo, rebasando el crudo brent, en los últimos días, los 80 dólares por primera vez en casi tres años.

Ante la expectativa de que los precios del gas disminuyeran, algunos países europeos como España dejaron de comprar para surtir sus reservas previo a la temporada de frío; situación agravada por el crecimiento de la demanda y acaparamiento de China.

Otro factor que los analistas han señalado es el carácter intermitente de las energías renovables, las plantas eólicas de Inglaterra no han producido suficiente energía en el verano por falta de viento.

En este entramado, también podemos sumar cuestiones geopolíticas, como el reciente anunció de Argelia de cerrar el gasoducto del Magreb, a través del cual se suministra 50 por ciento de la demanda de España; así como la falta de transportistas en Inglaterra debido al Brexit, que ha paralizado el suministro de combustible, variable que se ha sumado al problema mayor de una escalada de precios del petróleo y gas que han triplicado sus costos en lo que va del año, obligando al cierre temporal de plantas de acero y fertilizantes.  

Esto ha desembocado en un frenesí de escalada de los precios de la electricidad en Europa; el precio promedio se disparó en septiembre, tanto en términos interanuales como en relación al mes anterior.

El Reino Unido encabeza el mayor incremento interanual, con 361.2%; le siguen Portugal, con 273.31%, y España, donde la luz se ha encarecido un 272.11%. En Italia, la variación interanual fue de 224.97%; Países Bajos, de 216.99%; Bélgica, 207.96%; Alemania, 190.24%, y en Francia, de 186.67%.

Reino Unido también lidera los incrementos intermensuales con un incremento del 77.2% con relación a agosto; los otros aumentos más destacados se dieron en Francia (75:04%); Bélgica (71.39%) y Países Bajos (55.96%), y en España la variación mensual fue de 47.38%.

Es en este contexto de una crisis energética global que se debe analizar y debatir la reforma Constitucional en materia eléctrica que el Ejecutivo federal ha enviado al Congreso de la Unión, cuyos ejes son la Seguridad Energética y la recuperación del papel rector del Estado de las áreas estratégicas que forman parte de la Seguridad Nacional.

POR MANUEL RODRÍGUEZ GONZÁLEZ
DIPUTADO FEDERAL
@MANUEL_RDGN

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