MIRANDO AL OTRO LADO

Viñetas de una transición

El día viernes 1 de octubre cumplió una cita con la historia de la Ciudad de México. A partir de esa fecha y por los siguientes tres años

OPINIÓN

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Ricardo Pascoe Pierce / Mirando al otro lado / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El día viernes 1 de octubre cumplió una cita con la historia de la Ciudad de México. A partir de esa fecha y por los siguientes tres años, y por primera vez en muchas décadas, la oposición gobierna la mayoría de la capital del país. De las 16 Alcaldías, 9 son gobernadas por la oposición y 7 por Morena aliados. Esta nueva composición provocó, como sabemos, grietas y grandes enojos en Palacio Nacional y Palacio del Ayuntamiento. Tembló una candidatura, y su rescate ha implicado mayor intervencionismo del Presidente en la vida capitalina y una mayor subordinación del gobierno local al federal. Más aún, porque la subordinación local al nacional hacía que se hablaba, en corrillos oficialistas y opositores, de la reedición de una Regencia.

En ese contexto, aunado a la vociferante acusación de podredumbre moral de las clases medias y el ataque al mundo académico y de la investigación, es que se consolida, aparentemente, una ciudad realmente dividida. Ahora vienen políticas de estímulo a la construcción y una “liberalización” a la aplicación de sanciones por violaciones a usos de suelo y normas ambientales. La idea es ganar el visto bueno “de los ricos” de la ciudad.

La idea, al parecer, es que el oficialismo quiere trabajar paralelamente, y en contra, de las labores de las Alcaldías, en el caso de las que gozan de gobiernos de oposición. Y seguramente las Alcaldías que militan en las filas del oficialismo recibirán beneficios que no tendrán sus pares opositores.

Dicho esto, la siguiente viñeta viene del Congreso de la Ciudad de México, escenario de la toma de protesta de los mismísimos Alcaldes de la oposición y de Morena. Llamados a entrar a la sala de sesiones del pleno de la Cámara con la respectiva Comisión de Cortesía nombrada por el pleno del Congreso, procedieron a entrar por separado, morenistas primero y después los opositores. Lo revelador de este ritual no es el orden en el que entraron al recinto, sino el hecho de que entraron por separado.

Me recordó a una experiencia que tuve cuando asistí a una sesión del Parlamento sudafricano. Por una puerta entraron los miembros del parlamento blancos y por otra puerta los miembros del parlamento negros, en vez de utilizar la misma puerta de entrada al salón de sesiones. Pensé en Sudáfrica cuando vi la entrada de nuestros Alcaldes. Morenos por delante, bien separados por los opositores, que entraron después.

Y los posicionamientos de los partidos fueron sorprendentemente blandos, incluso inocuos, porque no plantearon más que ofrecer sus “servicios” a los alcaldes electos, para defender temas presupuestales y de coordinación.

Pero, ¿qué coordinación puede haber, cuando los unos y los otros prefieren entrar a la sala del Congreso de la Ciudad por separado? Ese lenguaje corporal-el de la división-es muy potente.

Los discursos que sí destacaron fueron los del PAN, primero, y Morena después. Ambos muy agresivos y, por tanto, quizá eran los más honestos. El ambiente era de polarización, definitivamente no tenía nada que ver con un encuentro placentero.

Se dieron, y se dijeron, con todo. El discurso panista terminó con un llamado a la ciudadanía a no dejarse envolver por las estrategias del oficialismo y a salir a votar por la oposición en 2024, y en las elecciones parciales de 2022, Acto seguido Morena insistió en hablar de López Obrador y Sheinbaum. Están en su derecho. El tema es que ninguno planteó discursos de aproximaciones sucesivas, buscando acuerdos. Todos fueron discursos construidos alrededor de un ambiente polarizado, cuando las tropas se alistaban para confrontaciones sucesivas y permanentes.

Por parte de la oposición, Taboada y Ruvalcaba fueron los más aplaudidos, mientras en el campo morenista fue única y exclusivamente para Clara Brugada, alcaldesa de Iztapalapa. ¿Barruntos de futurismo, con todo y candidaturas?

La oposición mantuvo su postura de que recibió Alcaldías sin fondos y sin equipos. Sugirió que fueron saqueados. El secretario de Gobierno de la Ciudad lo negó, y habló de una ciudad de diálogo y concordia.

¿A quién creerle? Para dar con una respuesta, observen los resultados electorales de junio pasado. La gente pidió algo nuevo y diferente.

POR RICARDO PASCOE PIERCE
RICARDOPASCOE@HOTMAIL.COM
@RPASCOEP

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