COLUMNA INVITADA

La educación es para integrar, no para marginar

La falta de una verdadera educación está acabando con el país. Las nuevas generaciones se desvinculan del nacionalismo y pierden su identidad porque nada los obliga a interesarse por los grandes problemas nacionales

OPINIÓN

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Diego Alcalá Ponce / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

En nuestro país la enseñanza básica se imparte de muchas formas porque no existe congruencia entre lo planificado y lo disponible. Existe, eso sí, un profundo abismo en nuestra integración social, resultado de un rezago histórico, pues mientras algunos disfrutan de algo mejor, otros pasan penurias para obtener lo necesario, y muchos más apenas lo indispensable.

En México, lamentablemente, después de las capitales de los estados y de unas cuantas ciudades de importancia, lo que más proliferan son los pueblos y las aisladas rancherías, lo que dificulta aún más nuestra integración social y económica. Dentro de un mismo estado las clases sociales se subdividen abruptamente; así tenemos que el lenguaje, por ejemplo, se diversifica, las arraigadas tradiciones y costumbres-en algunos casos son malas costumbres-se multiplican y solo la raquítica economía las une e identifica. Un solo estado de la República Mexicana no se salva de contar en su población con tan significativos contrastes sociológicos.

De ahí que el Sistema Educativo Nacional implantado encuentre en estos patrones ancestrales a sus más férreos opositores, pues mientras los libros de textos y los medios nos informan de los pasajes de la Historia Universal y contemporánea de otros sistemas de vida, nuestra idiosincrasia no nos permite comprender con claridad el contenido de tan valiosos recursos didácticos. Por eso, la idea de regionalizar la educación debe ser considerada para que se pueda contar con un verdadero sistema educativo, que además de eficiente, nos una y nos identifique plenamente. De antemano se sabe que no sería una empresa fácil, pero a largo plazo el resultado sería provechoso para todos. Y conociendo la diversidad de la gran cultura mexicana y su eterna problemática socioeconómica, la necesidad de un ambicioso y efectivo sistema educativo se torna imperativo cada vez más.

Desde luego que, para este propósito, correspondería, primeramente, a cada estado, en base a sus necesidades socioeconómicas, geográficas y culturales, estructurar el sistema educativo que comprenda y atienda su realidad para que, posteriormente pueda ser integrada y acoplada al Sistema Educativo Nacional único. Aunque parezca irreverente o fuera de contexto, es la única forma de que los niños reciban una enseñanza realista y no marginada como hasta ahora. ¿Acaso se olvida que, además de la pobreza, el lenguaje y la falta de buenos hábitos, es un verdadero obstáculo para la educación?

De no tomarse en cuenta estos señalamientos que de sobra conocemos, y que bien sabemos que han impedido nuestro desarrollo como país, las próximas generaciones de mexicanos, principalmente de las comunidades marginadas en las montañas, continuarán viviendo en el oscurantismo al no permitirles, por cuestiones políticas, más que educativas, formarse bajo un eficiente sistema educativo acorde a su condición socioeconómica prevaleciente y no uno impuesto a todos por igual como hasta ahora.

Lo creamos, o no, amable lector, el sistema educativo actual no funciona como se cree erróneamente. De ser lo contrario, no estaríamos viviendo hoy las terribles situaciones de pobreza y la espeluznante cantidad de miles de muertos a manos de la delincuencia de todo tipo. La falta de una verdadera educación está acabando con el país. Las nuevas generaciones se desvinculan del nacionalismo y pierden su identidad porque nada los obliga a interesarse por los grandes problemas nacionales. De no corregir este desequilibrio socioeducativo, la mayor parte del pueblo de México seguirá sobreviviendo marginada y totalmente aislada de los beneficios que proporciona una verdadera educación. De seguir así, para ellos el sol seguirá pasando por el mismo camino todos los días sin cambiar de rumbo. “La educación es para integrar, no para marginar”. Continuará...

Agregado: En Finlandia, por lo general los niños asisten a educación preescolar a los seis años, en donde aprenden Matemáticas, Ciencias Naturales, Medio Ambiente, arte y cultura. En caso de que el domicilio del niño se encuentre a más de cinco kms. de la escuela, o que el traslado sea dificultoso, tiene derecho a transporte gratuito. (infofinland.fi)

POR DIEGO ALCALÁ PONCE
DIEGOALCALAPONCE@HOTMAIL.COM

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