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Más allá de la ciberseguridad

Los tres objetivos principales de las organizaciones deben de ser la seguridad, la ciber-resiliencia y la rentabilidad

OPINIÓN

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Alexandra Moguel / Metabase / Opinión El Heraldo de México

A medida que nos subimos a la mayor ola digital de la historia, el Internet se ha convertido en un elemento fundamental para que la sociedad mantenga sus medios de vida, realice sus negocios y se mantenga conectada. Sin embargo, viene acompañado de una evolución constante de los riesgos y gestionarlos eficazmente requiere la construcción de un nuevo estándar de confianza, que integre los elementos que caracterizan a la nueva era digital. Más que herramientas tecnológicas, demanda una fusión entre lo técnico, los procesos, lo humano, la responsabilidad social, la capacidad de recuperación y privacidad.

La hiperconectividad del mundo actual implica que los riesgos son compartidos, y, por lo tanto, también nuestra postura de seguridad. Sin embargo, la frecuencia y gravedad de las brechas de seguridad evidencian que la capacidad de las organizaciones para detectar vulnerabilidades en sus entornos inmediatos y de terceros, es mínima. Entonces, para gestionar el riesgo de forma colectiva, los tres objetivos principales de las organizaciones deben de ser la seguridad, la ciber-resiliencia y la rentabilidad.

¿Qué pasa cuando las organizaciones asocian la ciber-resiliencia con la rentabilidad del negocio? Obtienen como resultado una institución con altos estándares de confianza y seguridad, que es rentable y cuenta con capacidad de recuperación ante incidentes y privacidad. Ese es el objetivo de algunas empresas en México y América Latina, como Metabase Q, empresa líder en ciberseguridad de la región que sustituye la confusión por claridad, la preocupación por seguridad, la incertidumbre por confianza y las limitantes las transforman en libertad de innovar y de crecimiento. Es decir, su principal objetivo es que la confianza deje de ser un sentimiento y se convierta en un acuerdo cuantificable y verificable.

Para que esto suceda, el factor clave es la inversión en ciberseguridad, es más rentable invertir en ella que asumir las consecuencias de un ciberataque. Esta inversión, en conjunto con una estrategia holística, aseguran la ciber-resiliencia de las organizaciones, permitiéndoles adaptarse a cibercrisis, ciberamenazas, adversidades y desafíos conocidos y desconocidos.

Enfoquémonos en la ciber-resiliencia. Para impulsarla, las organizaciones deben construir “amortiguadores” de crisis para mantener sus negocios operativos, el contacto con su clientela y la transformación empresarial ininterrumpida durante los tiempos de crisis. La ciber-resiliencia desempeña un papel fundamental en el impulso de la transformación digital (que luego permite la resiliencia y la continuidad de la empresa). Por ejemplo, las organizaciones que incorporan la ciberseguridad desde el principio son más capaces de impulsar un desarrollo de alta velocidad y plataformas robustas y resistentes.

Una transformación digital completa que aborde la ciberresiliencia requiere la integración de la ciberseguridad en todo el ciclo de vida de la empresa, para proteger el negocio, detectar los cambios en la superficie de riesgo y evolucionar la capacidad para hacer frente a las amenazas cambiantes.

POR ALEXANDRA MOGUEL
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