A FUEGO LENTO

Fuego amigo en Dos Bocas

Personajes cercanos al presidente López Obrador y a Morena, como la diputada Susana Prieto, están detrás del conflicto en la refinería

OPINIÓN

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Alfredo González / A Fuego Lento / El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

El conflicto laboral en la refinería Dos Bocas no fue provocado por un puñado de trabajadores, fue motivado por intereses políticos de personajes vinculados con la 4T.

Ya lo dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador, todo obedece a un conflicto sindical. Y tiene razón, pero nuevamente
engaña con la verdad. Lo que no dijo es que detrás de esa guerra están personas muy cercanas a él y a Morena.

En la primera línea de batalla se encuentra la diputada morenista Susana Prieto Terrazas. Ella fue quien azuzó a un grupo de trabajadores de la refinería para que desconociera a sus dirigentes sindicales actuales, y la que pidió la comparecencia de la secretaria de Energía, Rocío Nahle, para que respondiera por la contratación de varias empresas en los trabajos de esta emblemática obra.

Lo que muchos no saben es de su activismo en el mundo laboral y de sus vínculos con el abogado Arturo Alcalde Justiniani, padre de la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde. Además, estuvo ligada a los dos más importantes conflictos de este gobierno con Estados Unidos en materia laboral: el de Tridomex, en Tamaulipas, y el de General Motors, en Silao, Guanajuato. Su bandera ha sido siempre la de la democracia sindical y la libre asociación, temas en lo que ha caminado de la mano con el abogado Alcalde Justiniani, desde hace varios años.

Ambos tienen estrechos vínculos con centrales sindicales de EU y él ha acompañado a López Obrador desde su gestión como jefe de Gobierno en la CDMX.

De hecho, la actual consejera jurídica de la Presidencia, María Estela Ríos González, es de su equipo. Pero lo que motivó el conflicto en Dos Bocas fue la intervención de Susana Prieto, quien apoyada por la CROM, agitó a los trabajadores de la obra para que rompieran relaciones con la CTM.

Lo hizo bajo el argumento de que los explotaban y obligaban a trabajar horas extra sin el pago correspondiente, porque la empresa
ICA había comprometido plazos de entrega. Todo a pesar de que el exgobernador de Tabasco, Adán Augusto López, y la secretaria de Energía, Rocío Nahle, habían dado el aval para que un sindicato vinculado con la CTM y dirigido por los hermanos Ricardo y Raymundo Hernández Daza, tuviera parte importante de la obra.

No se sabe aún si la diputada actuó por motu proprio o lo hizo con la intención de beneficiar al grupo al que pertenece. Sin embargo, puso en evidencia una de las mayores grietas en el gabinete. Y peor aún, a costa de una de las obras emblemáticas del Presidente.

Por esa razón, una fuente cercana a Palacio Nacional me dice que en breve habrá un manotazo y todavía no se sabe quién pagará los platos rotos, pero todos voltean, una vez más, a la Secretaría del Trabajo.

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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “No hay guerra más hiriente que la de entre hermanos y parientes”.

POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ

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