TIEMPO DE INFRAESTRUCTURA

Obra mexicana, de reversa

El país vive en una encrucijada, entre dirigirse hacia el desarrollo sostenible —como lo está haciendo la mayor parte del mundo— o detener este avance mirando hacia el pasado

OPINIÓN

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Fausto Barajas / Colaborador / Opinión El Heraldo de México

El camino del desarrollo para cualquier economía pasa por la inversión en su infraestructura y si esta se hace con la calidad y oportunidad requeridas se vuelve motor de una cadena multiplicadora de inversión.

El país vive en una encrucijada, entre avanzar hacia el desarrollo sostenible —como lo está haciendo la mayor parte del mundo— o detener este avance mirando hacia el pasado. Desde el gobierno se promueve la mirada al pasado y también es desde ahí que la inversión se ha detenido.

A continuación, se muestra un cúmulo de datos que nos dan muestra de que la infraestructura mexicana va de reversa.

• El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador redujo los recursos destinados a inversión; en 2010 representaban 24 por ciento del gasto de gobierno y actualmente representan apenas 18 por ciento, seis puntos menos.

• La construcción de carreteras se ha desplomado; en el Tercer Informe de Gobierno se reconoce que en el mandato del presidente López Obrador se construye en promedio 127 kilómetros de carreteras cada año; en el gobierno del presidente Peña se hacían mil 509 kilómetros y con el presidente Calderón se hacían tres mil 624 kilómetros, 28 veces lo que hace el gobierno actual.

• México perdió la confianza global para invertir. En el Índice de Confianza de la Inversión Extranjera Directa publicado por la consultora AT Kearney, México pasó del lugar ocho en 2010 al 17 en 2018; pero con la llegada del nuevo gobierno y la cancelación del Aeropuerto de Texcoco la confianza en México cayó al último lugar, el 25. Para 2020, el país dejó de pertenecer al grupo de las 25 economías más confiables para invertir.

• A pesar de que el discurso presidencial se autodefine de izquierda, en la práctica está lejos de la problemática de la gente. La inversión en infraestructura de salud ha sido muy castigada; en pesos equivalentes, la inversión ejercida en 2010 fue de 45 mil millones de pesos, para 2020 en medio de las necesidades de la pandemia la inversión fue de 21 mil millones de pesos, lo que se tradujo en la construcción y modernización de solo 48 hospitales y clínicas, muy lejos de los más de mil 100 hechos en 2010.

• En otra incongruencia discursiva, el Presidente ha manifestado su interés en fortalecer a Pemex, pero en realidad está lejos de lograrlo; invierte menos y lo destina en áreas equivocadas. En 2020 se invirtieron 200 mil millones de pesos, lejos de 393 mil millones de pesos constantes de 2010 y aún más lejos de 449 mil millones de 2014. Esto se ha reflejado en la caída de la producción petrolera, que en 2010 se ubicó en 2.6 millones de barriles diarios; para 2014, en 2.4 millones y en 2020 promedió 1.7 millones de barriles diarios.

• En materia de agua potable también hay datos que muestran el retraso. El gobierno ha sido bueno cobrando, pero malo invirtiendo. Ha tenido los mayores cobros de aprovechamiento del agua, superiores a 21 mil millones de pesos anuales, pero sólo ha destinado 16 mil millones de pesos; menos de la mitad de 50 mil millones que llegó a invertir el país en 2010.

• En materia de electricidad, el gobierno invirtió 43 mil millones de pesos en 2020, cifra inferior a 2010 que llegó a destinarse 48 mil millones. Esta baja inversión es contraria a la lógica que plantea la iniciativa de Reforma Eléctrica, en la que busca restringir la participación del sector privado. Para lograr atender la demanda de electricidad de la próxima década se tienen que invertir entre 130 mil y 150 mil millones de pesos cada año, pero el gobierno quiere hacerlo solo y no ha podido llegar ni a un tercio de la inversión requerida.

• La restricción de las inversiones en electricidad ya se dio de facto con la cancelación de las subastas eléctricas en 2019, que trajo consigo la caída de la Inversión Extranjera Directa, al pasar de cinco mil millones de dólares en 2018, a sólo 500 millones en 2020.

• En materia de infraestructura educativa, la caída de la inversión ha sido alarmante, en 2010 se destinaban más de 18 mil millones de pesos para construir y modernizar las escuelas de nivel básico, medio superior y superior; sin embargo, para 2019 y 2020 la inversión rondo apenas a dos mil millones de pesos.

POR FAUSTO BARAJAS CUMMINGS 
ESPECIALISTA EN INFRAESTRUCTURA 
@FAUSTOBARAJAS

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