UN MONTÓN DE PLATA

El fin de la economía

Hasta hace 30 o 40 años la gente percibía que su condición de pobreza era por escasez de productos, y era verdad. La humanidad se puso a trabajar

OPINIÓN

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Carlos Mota / Un Montón de Plata / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Los economistas afirman que la economía es la ciencia que estudia la escasez y las elecciones del ser humano para satisfacer sus necesidades. El Banco de México señala: "Un hecho que sobresale en el estudio de la economía es que las necesidades y los deseos de las personas por bienes y servicios exceden la capacidad de la sociedad para producirlos con los recursos disponibles, por lo que se dice que los recursos son escasos".

El problema de las sociedades modernas es que una enorme cantidad de gente ha dejado de percibir que hay escasez. Hasta hace 30 o 40 años la gente percibía que su condición de pobreza era resultado de la escasez de productos, y era verdad. Y la humanidad se puso a trabajar para resolver el problema: sistemas de salud, transporte, educación, tecnología y bienes básicos.

El capitalismo de libre mercado triunfó. Hasta Cristina Kirchner lo reconoció ayer en la Argentina: el socialismo y el comunismo fracasaron, y el capitalismo prevaleció.

No obstante, las sociedades continúan debatiéndose entre la derecha y la izquierda, a sabiendas de que el socialismo comunista es deplorable. ¿Por qué ocurre ello? Sencillo: porque la problemática cambió de la escasez al reparto; es decir, la pregunta ya no es si habrá o no comida, transporte, servicios de salud, ropa o educación; sino quién tiene acceso a ello, en qué cuantía y por qué razones.

Alimentación, por ejemplo, hay para todos. La FAO de la ONU ha enfatizado que cada año se produce suficiente comida para 1.5 veces la humanidad.

Y si vemos lo que ocurre en muchos ámbitos, el tema está resuelto: millones de personas tienen acceso a telecomunicaciones básicas, no se diga a transporte, educación, servicios de salud y bienes básicos. El debate no es sobre escasez, sino sobre el reparto.

Hoy la humanidad se divide entre quienes piensan que las cosas serían más justas si premiamos el mérito, el esfuerzo, la innovación; si dejamos que la libre empresa disemine los satisfactores que crean las personas (derecha); y quienes piensan que el mundo será más justo si aspiramos a una igualdad instrumentada por gobiernos, escrita en leyes, y que regale recursos a los pobres través del despojo de satisfactores a los ricos (izquierda). Sin embargo, el problema de estos últimos es que obligan a la igualdad, algo antinatural.

Si bien la escasez no ha terminado —porque debemos seguir produciendo alimentos, salud, transporte, servicios financieros y educativos—, mucha gente percibe que sí. Tienen de todo. De ahí que surjan personajes como el millennial perezoso, o los mártires de Starbucks: individuos incapaces de valorar el trabajo arduo para conseguir bienes básicos. De tal suerte, si no se percibe la escasez como el problema, ¿por qué se sigue percibiendo a la economía y a los economistas como la solución?

POR CARLOS MOTA
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