DESDE AFUERA

De halcones y guerreros lobo

Ninguna potencia ha llegado a ser lo que es o lo que fue gracias a su amabilidad. Por más que cada una trate de poner un rostro favorable a sus hazañas

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En los últimos años, se ha puesto de moda describir la política exterior china como una de wolf warriors (guerreros lobos), por su aparente agresividad y la predisposición de tomar ofensa hasta por la más mínima expresión, cuando así le conviene.

Surgida del título de una película emblemática, al sentido de presentar una visión del mundo centrada en China, donde los "buenos" son ellos y sus causas, y los "malos" frecuentemente occidentales o occidentalizados, la definición representa lo mismo que los halcones en la sociedad estadounidense: nacionalistas y hegemonistas. 

La cinematografía de EU, especialmente entre los años 30 y los 70 del siglo pasado, fue dirigida, sobre todo, al mercado interno. Y por supuesto, a exaltar los valores estadounidenses o recrear mitos nacionalistas. Los vaqueros, los soldados o los aventureros anglosajones eran los buenos, los indios o los mexicanos y los chinos, los malos o perversos.

La ventaja de tener un enorme mercado doméstico ayudó a que las películas estadounidenses se convirtieran en una valiosa herramienta de propaganda política a nivel mundial, literalmente sin competencia.

Pero hoy, Hollywood se encuentra con la cinematografía china, también con un gigantesco mercado interno y la posibilidad de invertir decenas de millones de dólares en cintas épicas, que exaltan su papel en el mundo en beneficio de la visión nacional.

Y se ve desde Wolf Warriors 2, una película hecha en 2017, sobre las andanzas de un mercenario chino en África que defiende intereses de su país e indefensos pobladores de las crueles maquinaciones de empresas trasnacionales y aventureros occidentales a la cinta Batalla en el Lago Changjin, una cinta épica (200 millones de dólares de inversión, 70 mil extras) que glorifica una real victoria china en condiciones difíciles durante la Guerra de Corea.

Su vertiginoso ascenso económico y su actual impacto ubican a China como la segunda potencia y por tanto la principal competidora de Estados Unidos a nivel mundial.

Pero como todos los que buscan, o han indagado, el camino a la hegemonía, en su trayectoria han presionado y empujado a países más pequeños, tratando de suprimir disidencias internas. El gigante asiático se ha convertido, además, en un centro financiero y comercial alterno, pero sus prácticas comienzan a parecerse a las de los que espera desplazar.

En cierta forma es natural. Ninguna potencia ha llegado a ser lo que es o lo que fue gracias a su amabilidad. Al contrario, por más que cada una de ellas trate de poner un rostro favorable a sus propias hazañas.

Ciertamente se vale tener más simpatía ideológica por tal o cual país que aspira a ser hegemónico. Lo que no se vale es engañarse sobre la naturaleza de los imperios. Porque todos y cada uno de ellos, sin importar en qué momento de la historia hayan estado en ascenso o en descenso, tienen o han tenido halcones o guerreros lobos.

Y no importa cómo los llamen, todos son peligrosos.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS.
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@CARRENOJOSE1

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