MALOS MODOS

40 años de Crónica de una Muerte Anunciada

Es sabido que García Márquez echó a andar su carrera en el periodismo apenas un poco antes que su carrera de escritor

OPINIÓN

·
Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Es sabido que García Márquez echó a andar su carrera en el periodismo apenas un poco antes que su carrera de escritor, o tal vez habría que decir, para más exactitud pero echando mano de un término bastante feíto: echó a andar su carrera de escritor de no ficción justo antes que su carrera de novelista y cuentista.

En adelante, una y otra se combinarían con buena fortuna en varias ocasiones: claramente en Relato de un náufrago (1971), La aventura de Miguel Littin clandestino en Chile (86) y Noticia de un secuestro (95), tal vez un poco menos en Crónica de una muerte anunciada, que cumple ahora 40 años. 

No se nos ha dado mal la llamada literatura de no ficción en tierras latinoamericanas, en México para empezar. Podríamos discutir si no inventó este subgénero Martín Luis Guzmán con La sombra del Caudillo, en 1929, y no tardaron en darle batalla a los maestros gringos –o sea a Truman Capote, a Norman Mailer y compañía– Jorge Ibargüengoitia con Las muertas (77) y Vicente Leñero tal vez con Los periodistas (78) y sin duda con Asesinato (85), igual que en Argentina adelantó a Capote en nueve años Rodolfo Walsh, con Operación masacre (57).

Pero nadie reunió ambos oficios, en caso de que sean dos, como García Márquez, que era más que consciente de su estatus doble y por ser consciente pudo escribir una novela perfecta en 125 páginas. Cuando se publicó Crónica…, Cien años de soledad llevaba 15 años en librerías, pero el casi Nobel (lo ganó el 82) tenía ya en la hoja curricular El Coronel no tiene quien le escriba, La hojarasca, Los funerales de mamá grande, La mala hora y Eréndira, por ejemplo.

En otras palabras, ese universo que parece el de la Colombia profunda, una Colombia tropical, de pueblos calientes, pobres y aparentemente pobladísimos, dada la cantidad de personajes que se asoman en ellos (esos pueblos que parecen crecer hacia dentro, pues), ese universo estaba ya más que elaborado.

Es el universo que se asoma de nuevo en Crónica, la narración coral, no lineal, de lo que pudo haber sido un asesinato verdadero, y que tal vez fue en efecto investigado cuaderno en mano, entrevista a entrevista, por el García Márquez reportero, testigo además de ese crimen.

Se unen pues, en Crónica, las dos vertientes narrativas más importantes del colombiano, y lo hacen con una gracia extraordinaria: el humor zumbón y a ratos bastante negro; esa cadencia de la prosa que se rompe cada tanto, inesperadamente, con un remate contundente; la capacidad para retratar un mundo entero en 10 líneas; el candor adorable y terrible a la vez de tantos personajes, tan amorosos y tan violentos.  

Aprovechen pues el pretexto, que para eso se inventaron los aniversarios, y regálense una muy buena tarde de lectura. La editorial Diana acaba de reeditar esta novela extraordinaria.  

POR JULIO PATÁN

JULIOPATAN0909@GMAIL.COM 

@JULIOPATAN09

MAAZ