Si hay un proceso en el que observaremos el cariz de respeto a las instituciones de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, es el de la elección del próximo presidente del Tribunal Superior de Justicia de la capital, lo que se decidirá el miércoles 27 de octubre. Para este proceso se han inscrito el actual magistrado presidente Rafael Guerra Álvarez, así como la magistrada Celia Marín.
Sheinbaum ha decidido no inmiscuirse en el proceso, lo cual no solo es deseable sino necesario para garantizar la separación de poderes en la capital. Pero no era lo común. En el pasado, los nombramientos de los magistrados y la elección de presidente del tribunal solían llevar los dados cargados desde la Jefatura de Gobierno. Pero ahora no, lo que fortalece a la institución.
Este tribunal es fundamental. Su operación implica decenas de miles de casos a cada semana, desde civiles hasta penales. La institución cuenta con más de una decena de edificios por toda la capital, aunque buena parte de su operación se mudó a juicios virtuales desde que inició la pandemia, sobre todo en materia civil, como los divorcios administrativos, que son más fáciles que nunca.
Las probabilidades de Rafael Guerra para ser electo son muy elevadas. El actual presidente no va propiamente a una reelección, dado que la Constitución de la Ciudad renovó por completo el entramado institucional bajo el que descansa el funcionamiento operativo del tribunal. Guerra encabeza también el Consejo de la Judicatura de la ciudad. Su mandato, en caso de ser electo, duraría hasta finales de 2025.
Guerra es un personaje con amplia experiencia en el poder judicial local. Hijo de un bolero y con cinco hermanos, él mismo empezó a trabajar en ese oficio antes de estudiar derecho. En el poder judicial local ha ocupado prácticamente todos los cargos posibles, por lo que domina como pocos la operatividad del organismo y, si bien no es experto en todas las materias jurisdiccionales —su especialidad ha sido lo penal—, su presidencia ha servido para modernizar procesos. Aun así, hay mucho que mejorar en esa instancia, por lo que su lema de campaña ante sus compañeros magistrados electores tiene que ver con elevar la excelencia administrativa del órgano.
EL PALACIO Y AMAZON
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GBM
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POR CARLOS MOTA
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