El fin de semana asistí a la toma de protesta de Alma Denisse Sánchez Barragán de Movimiento Ciudadano como presidenta municipal de Moroleón, en Guanajuato.
Su madre, Alma Barragán, era la candidata, pero fue asesinada el pasado 25 de mayo durante la campaña política mientras hablaba en un evento de campaña en La Manguita. Hombres armados abrieron fuego contra ella. Sus hijos la vieron morir en el acto.
El municipio es la quinta economía del estado, una ciudad de industria textil de la mayor importancia a nivel estatal y nacional. Está a dos horas de Guanajuato y a cuarenta minutos de Morelia, Michoacán.
De acuerdo con los propios datos de Incidencia Delictiva del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Guanajuato es uno de los estados más violentos del país. Celaya y León son dos de los municipios con mayor número de asesinatos en México. Diariamente asesinan a 12.1 personas.
Hay miles y miles de desaparecidos. Los habitantes tienen miedo de salir a las calles y de utilizar las carreteras que también conectan con Irapuato, Salamanca, Yuriria y Moroleón.
El gobernador del Partido Acción Nacional (PAN), Diego Sinuhe Rodríguez, no ha sido capaz de controlar la violencia. Es verdad que el estado es una de las grandezas de México, como él dice.
Sin embargo, no solamente ha logrado poco, sino que ha empeorado tanto la situación, que se compara a Guanajuato con los lugares más peligrosos del mundo. El crimen organizado y el robo de combustible detonó la ferocidad de la agresión que se vive en el territorio.
Hace unos años, el Banco Mundial aseguró que el estado era el número seis más exitoso de del país por la facilidad de hacer negocios. Guanajuato se distingue por el comercio; construcción; fabricación de maquinaria y equipo, e industria alimentaria. Es estratégico para nuestro país en los sectores agroindustrial; autopartes-automotriz; productos químicos; cuero y calzado; confección textil, turismo y farmacéutico.
Desde el 2018 viene en picada, es una verdadera tragedia que siendo uno de los estados que genera más riqueza al país, sea uno de los lugares más violentos del planeta. No hay paz. Se recoge la cosecha de la siembra del terror.
Soy testigo de que la gente de Guanajuato está muy orgullosa del estado. Yo también admiro y estoy orgullosa de sus habitantes. La gente es trabajadora, amable y comprometida. El lugar es majestuoso, historia de nuestro querido México.
De 46 municipios, hay 26 regidores en 14 de ellos de Movimiento Ciudadano, el partido que tiene una gran oportunidad para cambiar el rumbo del estado hacia la prosperidad y la seguridad. Como dice Alma, la nueva presidenta municipal: “miedo no tenemos”.
Enhorabuena.
POR JORGINA GAXIOLA
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@JORGINA_GAXIOLA
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