MISIÓN ESPECIAL

México y los retos de Joe Biden

La aprobación del presidente Biden ha caído en buena medida por el percibido desastre en la frontera, que se ha convertido en tema central de confrontación entre demócratas y republicanos

OPINIÓN

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Martha Bárcena Coqui / Misión Especial / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

Las decisiones de política exterior del presidente Biden están supeditadas a las prioridades de política interna y el lema “Reconstruyendo Mejor” es central para su administración.

Estuve en Washington para asistir al Consejo Asesor del Centro para América Latina del Atlantic Council, del cual formo parte de manera honoraria. Aproveché para pulsar los intereses y preocupaciones sobre México y América Latina, desde una visión académica y no gubernamental.

La primera conclusión es que la política exterior del gobierno de Biden obedece a sus prioridades internas. El lema transversal de sus iniciativas internas e internacionales es el de “Build Back Better” o “Reconstruyendo Mejor”.

Tras 8 meses en el poder, con una tasa de aprobación por debajo del 40% y pese a tener el control tanto de la Cámara de Representantes como del Senado, no ha logrado la ratificación de la mayoría de sus nombramientos a nivel de subsecretarios y de jefes de agencias.

En el ámbito exterior, el único embajador político ratificado hasta el momento ha sido el embajador en México, Ken Salazar.

Permea la sensación de una administración poco operativa, con personas provenientes del activismo en temas medioambientales, de lucha contra el racismo, género, jóvenes ambiciosos con saberes académicos y escaso conocimiento de la operación del gobierno federal.

El Partido Demócrata está dividido entre progresistas y moderados. La administración se inclina hacia la agenda progresista, sin lograr avanzarla con rapidez y encuentra la oposición de representantes y senadores moderados.

Recién extendieron el tope de endeudamiento hasta diciembre, para evitar un colapso financiero. Antes del 31 de octubre tendrán que aprobar tanto la Ley sobre Infraestructura, en la que hay serias diferencias sobre el billonario monto, así como el presupuesto para el siguiente año fiscal, que incluye el incremento del tope de endeudamiento y la posibilidad de que, a través de una maniobra legislativa, se adopten medidas hacia la regularización de algunos migrantes cubiertos por el programa DACA- que favorece a un gran número de mexicanos-, y el TPS - que favorece a centroamericanos y a algunos trabajadores agrícolas.

El Partido Republicano es rehén del expresidente Donald Trump, que probablemente se presentará a las elecciones de 2024. Pocos republicanos se atreven a enfrentarlo por temor a perder su apoyo para las elecciones intermedias en 2022.

En tanto, los republicanos promueven cambios a las leyes en materia de derecho al voto, para desalentar el voto por correo, el registro de minorías y dejar en manos de las legislaturas estatales la decisión final sobre el resultado de las elecciones en cada estado.

Se está gestando, a decir de varios especialistas, entre ellos Robert Kagan, una crisis constitucional en Estados Unidos. El objetivo es disminuir el peso del voto popular en el que las minorías tienen cada vez mayor impacto.

En lo que toca a México, el tema migratorio sigue siendo el que más preocupa a la administración Biden. Hábilmente manipulado por los republicanos será asunto central en las campañas del próximo año. El percibido desastre en la frontera contribuyó a enterrar la ambiciosa reforma migratoria que hubiera favorecido a más de 5 millones de mexicanos indocumentados.

Otro tema de preocupación inmediata será el creciente número de muertos por drogas sintéticas, particularmente fentanilo. De ahí la urgencia para la administración Biden de celebrar el Diálogo de Alto Nivel en materia de seguridad y reanudar la cooperación.

POR MARTHA BÁRCENA COQUI
MARTHA.BARCENA@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@MARTHA_BARCENA

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