El personaje lucía lejano y apartado de las principales figuras del PRD. Ni zona VIP ni nada que se le pareciera. Pocos hubieran reparado incluso en su presencia en el Museo de San Hipólito, de no haberse acercado al final a felicitar al presidente del partido.
Fue en ese momento, en ese abrazo a Jesús Zambrano, que la figura de Claudio X. González tomó relieve y proporcionó otra dimensión y significado al relanzamiento del Partido de la Revolución Democrática.
Porque el empresario per se (tan detestado por López Obrador), no sólo es uno de los adversarios más importantes del Presidente de la República, sino que es considerado el artífice de la alianza entre PAN, PRI y PRD que contuvo a Morena en la elección intermedia.
¿El rostro de Claudio X. condensaba de algún modo la nueva ruta del sol azteca?
Es muy probable. Viridiana Fuentes Cruz apuntó hacia uno de los caminos en su intervención: “Las alianzas político-electorales serán la constante a partir de ahora”, asentó.
Zambrano mencionó el central: su confrontación directa con AMLO. La fuerza que gobierna el país, dijo, “ni es de izquierda, ni es democrática; sino populismo autoritario, regresivo y con tintes de tipo dictatorial. Necesitamos frenar ese impulso”, advirtió.
Tal fue la imagen. Ahora el fondo: compromisos por la Unidad y la Transformación Democrática del PRD fue el nombre que dieron al encuentro que sostuvieron para reimpulsar al partido, a 32 años de su fundación. No se trataba de cambiar de nombre o de siglas, dijo su dirigente.
Frente a Jesús Ortega, Adriana Díaz, Víctor Hugo Lobo, Nora Arias, Luis Espinosa Cházaro, Mary Telma Guajardo, Ángel Ávila, Angélica de la Peña, Verónica Juárez, Camerino Márquez, Ricardo Martínez, entre muchos otros militantes de las distintas corrientes, Zambrano subrayó:
“Lo importante es revisarnos a fondo, repensarnos, redimensionarnos y reorganizarnos para relanzarnos, haciendo honor a nuestra historia como PRD… Los invito a cambiar la narrativa y el discurso del partido y a revisar sus documentos básicos para definir qué PRD quiere el país”, propuso.
Francisco Ortega Sánchez, secretario de Asuntos Electorales (con discurso fresco), mencionó entonces puntos primordiales a seguir: un modelo meritocrático —justo y equitativo— en la elección de sus dirigentes, tanto a nivel nacional como estatal. Demandó, además, reconocer sus errores —principalmente los de carácter estratégico—. Y algo que se llevó las palmas: evitar enfrentamientos estériles.
Los tambores de las tribus guardaban silencio. Conscientes parecían de que ésta podría ser la última oportunidad de sobrevivencia del PRD.
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GEMAS: Obsequio del político sinaloense Heriberto Galindo: "Mediáticamente nada prescribe".
POR MARTHA ANAYA
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