ANÁLISIS

Contra la extorsión

Una vez detectado el aumento de la incidencia delictiva, comenzamos a implementar acciones concretas para prevenir éste y otros delitos

OPINIÓN

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David Monreal / Análisis / Opinión El Heraldo de México Créditos: Especial

Uno de mis principales compromisos al asumir la gubernatura de nuestro estado es regresar la paz y la tranquilidad a la vida de nuestras comunidades. Para ello, una de las estrategias de este gobierno consiste en celebrar, día con día, la Mesa Estatal de Construcción de  Paz y Seguridad. Esta forma de abordar el fenómeno de la inseguridad obedece a nuestra convicción de que, para obtener mejores resultados, no podemos trabajar de la misma manera. Este gobierno es de cambio y el cambio se da en todos los ámbitos del ejercicio de la autoridad.

La virtud de la Mesa Estatal consiste en que permite la coordinación interinstitucional de forma permanente, entre las distintas dependencias encargadas de la seguridad pública y la procuración de justicia de los distintos niveles de gobierno. 

Es decir, que tanto las fuerzas federales como nuestra Secretaría de Seguridad Pública, así como la Fiscalía General de Justicia, y la participación de mi persona como gobernador del estado, nos reunimos periódicamente para revisar, entre otros temas de mayor importancia, la incidencia en materia de delitos de alto impacto, para que, a partir de una radiografía fiel, tomemos las acciones pertinentes para combatir la ocurrencia de los delitos que más lastiman y vulneran, no sólo el patrimonio de las y los zacatecanos, sino también su integridad física y psicoemocional.

Como resultado de este ejercicio, a inicios de octubre, nos percatamos de un incremento en la comisión de extorsiones, particularmente en la modalidad de extorsión telefónica. 

De acuerdo con información ofrecida por la Fiscalía General de Justicia del estado, entre agosto y septiembre, derivado de este delito, las denuncias ante el ministerio público pasaron de 49 a 52; es decir, un aumento de más de 100%. 

La importancia de atender este y otros delitos radica en que nuestro país padece un subregistro de crímenes cometidos; la “cifra negra” de los que no se denuncian representa un verdadero reto para cualquier gobierno.

De esta situación se desprenden dos líneas de acción: por un lado, las autoridades encargadas de brindar seguridad a la población, una vez detectado el aumento de la incidencia delictiva, comenzamos a implementar acciones concretas para prevenir este y otros delitos. Por el otro, y derivado de lo anterior, es importante que estas acciones se acompañen de un ejercicio de corresponsabilidad ciudadana, para lo cual he instruido que se difunda la información relativa a la manera en que opera la extorsión telefónica, para que la población cuente con las herramientas necesarias para no caer en la trampa de la delincuencia.

De esta forma, gobierno y sociedad trabajamos en conjunto desde nuestros ámbitos de competencia y responsabilidad, para garantizar la seguridad de la población. Tengan la certeza de que nuestro gobierno actuará oportunamente para restaurar la paz de nuestro Estado, porque sólo con garantizar nuestros derechos más elementales, la vida y nuestro patrimonio, alcanzaremos el desarrollo social que Zacatecas anhela.

POR DAVID MONREAL
GOBERNADOR DE ZACATECAS
@DAVIDMONREALA

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