ALHAJERO

Los afectos de los presidentes

El problema han sido sus familias, dice Javier Coello. "Por eso, lo primero que recomiendo a mis amigos es: 'saca a tu familia del Estado'"

OPINIÓN

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Martha Anaya / Alhajero / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Trabajó muy cerca de varios Presidentes —de Luis Echeverría a Carlos Salinas de Gortari—. José López Portillo lo bautizó como El Fiscal de Hierro. De unos y otros, a lo largo de cuatro décadas, ha seguido sus pasos. Y una certeza recoge Javier Coello Trejo de ese recorrido:

—La debilidad de los Presidentes (y de todos aquellos que acarician el poder) son sus afectos.

“¿Cuál ha sido el problema de los Presidentes? Sus familias. Por eso, cuando algún amigo mío llega a gobernador, lo primero que le recomiendo es: saca a tu familia del Estado, no permitas que intervenga.

“¿Por qué? Pues porque se presta a la corrupción...; los hermanos se sienten gobernadores, hasta los primos...”

El exsubprocurador general de la República, encargado de la lucha contra el narcotráfico (1988-1990), está convencido, por ejemplo, de que Jorge Díaz Serrano, exdirector de Pemex, era inocente; que terminó pagando con la cárcel los desvíos y desvaríos de Margarita, hermana del presidente López Portillo.

Salinas le pidió que cuidara de alguna forma a sus hermanos, “pero con Raúl no se podía y con Enrique, tampoco”. 

Coello Trejo se define como un hombre de lealtades y de formación institucional: “Siempre he afirmado que no existen instituciones malas, existen instituciones perfectibles. Los malos son quienes manejan las instituciones”.

A unos días de cumplir 73 años de edad, y con sus memorias recién publicadas bajo el título El Fiscal de Hierro, el también exsecretario de Gobierno de Chiapas (1982-1984) sostiene —sin dejar de mirar al presente— que es obligación de un funcionario decirle al jefe lo que jurídica y legalmente se puede:

“Nada de aquello de que ‘cumplo órdenes’. ¡No! Uno tiene que decirle al funcionario: A ver señor, esto no se puede o no se debe. ¿Por qué? Por esto y esto.

“Al jefe hay que  llevarle el problema con el remedio y “el trapito”, y decirle cómo se puede hacer. No porque el Presidente sea tonto, no, sino que hay Presidentes que no son abogados. Salinas no era abogado. Abogado, López Portillo; abogado, Miguel de la Madrid…, pero cuando un Presidente no es abogado hay que decirle: ‘Oiga señor, esto se puede, o esto no se puede’”.

Múltiples temas en la charla. Del asesinato de Luis Donaldo Colosio tiene la certeza de que fue “un crimen de Estado”; que “algunos miembros del gobierno lo hicieron”. Jura que el presidente Salinas no tuvo nada que ver. Menciona, en cambio, que “había gente muy siniestra” en Los Pinos: “Había uno que era El Fouché”, que era el francés (José Córdova Montoya). ¡Muy inteligente, muy brillante, pero Fouché…”

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GEMAS: Obsequio del escritor Jorge Zepeda Patterson: “¿Cómo llegamos al absurdo Código de Conducta del Conacyt en un gobierno que se asume de izquierda, afirma ser democrático y pugna por la tolerancia?”

POR MARTHA ANAYA
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@MARTHAANAYA

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