MALOS MODOS

Frases célebres para el presidente

El presidente estuvo a punto de dejar una frase célebre, una de esas que nos hacían memorizar en los libros de texto

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Firme y sonriente a la manera de los patriarcas bondadosos, con la mirada de satisfecha nostalgia anticipada propia de quien vive ya en la posteridad, y luego de asegurar, otra vez, que no piensa reelegirse y que a partir de 2024 se irá a vivir casi como un un eremita, es decir sin redes sociales, guats ni comparecencias mediáticas, consagrado al acto elevadísimo de escribir, solo que no en una cueva sino en un rancho de varias hectáreas, el presidente estuvo a punto de dejar una frase célebre, una de esas que nos hacían memorizar en los libros de texto, como la de “Morir es nada cuando por la patria se muere” o la de “Sufragio efectivo...”

La frase casi célebre fue “Mejor dejar pobreza pero no deshonra”. Digo que es casi célebre porque salió medio trompicada, con ese “pero” ahí, a la mitad, que le quita ritmo y contundencia. ¿Se puede usar? Sin duda. Confiemos en que la mano editora de algún historiador del oficialismo atine a compactarla en, digamos, “Mejor dejar pobreza que deshonra”, y ¡bum!: en letras doradas que en la Cámara de Diputados, que al calce de los documentos oficiales, que en un monumento en Paseo de la Reforma, que en el techo de Palacio Nacional, en un espectacular de esos que le encantan al morenismo, sobre el fondo ese como lila de los chalecos de Morena que tanto le lucen a Mario Delgado.

Pero no es suficiente. El hombre que puso un punto y aparte en la historia nacional, el que poco menos que revivió a la Gran Tenochtitlán, el Huey Tlatoani que reúne las condiciones de líder político y líder religioso, tiene que dejarnos más, muchas más frases de héroe que forjó patria. Sé lo que me van a decir: que se aventó aquella de “Ya no me pertenezco”, dramática, conmovedora. Tristemente, la frase, por su parte, no le pertenece a él: la deja ir cada líder populista, con Chávez a la cabeza. Ahora bien: podemos darle la vuelta. En el mismo espíritu estaría: “Soy uno más de ustedes. Un hijo del trapiche y la tlayuda”. 

Ya que hablamos de tlayudas, podría rendir homenaje a esa capacidad única para gobernar en un continuo tour gastronómico mediante un video con, en primer plano, dos gorditas sin lechuga, y enseguida él con una sentencia del tipo: “Dejo mi corazón en prenda a la patria y el pueblo bueno”, sentencia que puede honrar además a su pasión por la verdad, si dejamos de lado las metáforas y por “corazón” entendemos “salud cardiaca”. 

En fin, camaradas historiadores, que hay mucho trabajo por delante. Espántense la cruda o bájense el Tonayán como puedan, arremánguense esa guayabera y a trabajar, que el tiempo apremia: pasamos ya la mitad del sexenio y lamentablemente la frase que mejor lo define ya fue usada también antes, como referí alguna vez. Me refiero a: “Encontramos la país al borde del abismo, pero hemos dado un paso al frente”.

POR JULIO PATÁN
JULIOPATAN0909@GMAIL.COM 
@JULIOPATAN09

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