COLUMNA INVITADA

Autogolpe, estilo americano

Vimos con horror cómo los partidarios de Trump atravesaron barricadas y asaltaron el Capitolio. Los miembros del Congreso debieron refugiarse cuando los alborotadores irrumpieron, y uno se sentó en la silla del Presidente

OPINIÓN

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Johanna Mendelson Forman/ Colaboradora/ Opinión El Heraldo de México Créditos: Foto: Especial

Pegados a sus pantallas de televisión, los estadounidenses vimos el miércoles lo que sólo se puede llamar un autogolpe, incitado por Donald Trump y sus partidarios. El Presidente ha negado desde el 7 de noviembre que perdió la carrera presidencial de 2020. Hizo numerosos intentos (todos fallidos) para impugnar judicialmente los resultados. Presionó incluso a funcionarios por acciones que le permitieran ganar.

El 6 de enero era cuando el Congreso en pleno certificaría formalmente el voto electoral. Lo que hubo fue un intento de golpe, liderado en parte por algunos senadores (10 de ellos) que cuestionaron el voto de varios estados, pero obtuvieron más de lo que esperaban cuando la Cámara fue invadida por hooligans violentos que querían un enfrentamiento para evitar la certificación de los comicios de 2020.

Vimos con horror cómo los partidarios de Trump atravesaron barricadas y asaltaron el Capitolio. Los miembros del Congreso debieron refugiarse cuando los alborotadores irrumpieron, y uno se sentó en la silla del Presidente, cuya oficina fue invadida. Reinó la anarquía; se impuso un toque de queda en el Distrito de Columbia.

Los terrenos del Capitolio se llenaron con golpistas y aquellos que creen las mentiras de Trump, de que esta elección fue robada por los demócratas. ¡Fue la primera vez desde 1814, cuando los británicos invadieron Washington, durante la Guerra de 1812, que el Capitolio fue violado!

He estudiado las relaciones cívico-militares durante más de 30 años, especialmente en las Américas, donde trabajé por el fortalecimiento de la democracia, tras años de gobiernos militares.

Los autogolpes no se limitan a América, pero el nombre de este tipo de comportamiento se ha quedado. Nunca pensé que vería algo como este acto en mi propio país. Pero ya lo ví. Y estoy abrumada por la tristeza. 

Lo que presencié va más allá del terrorismo doméstico. Los acontecimientos fueron producto de un autócrata que nunca entendió que la lección de la gobernabilidad democrática es que cuando pierdes, aceptas los resultados y te alejas.

La democracia de EU es considerada como el ejemplo del mundo. Es algo en lo que gastamos nuestro tesoro. Los programas de ayuda exterior apoyan la asistencia a otros países a celebrar elecciones y crear partidos políticos legítimos. 

Ya no podemos actuar como si tuviéramos todas las respuestas, si permitimos que este tipo de anarquía prevalezca sólo dos semanas antes del juramento de un nuevo líder. 

El 6 de enero será un día que los estadounidenses nunca olvidarán. Puede ser el Día de los Reyes Magos en muchas partes del mundo. Pero lo que hemos presenciado es una lección de lo que puede salir mal si no estamos más atentos al seleccionar a nuestros líderes y defender nuestra Constitución como la ley del país. 

POR JOHANNA MENDELSON FORMAN
*MIEMBRO DISTINGUIDO DEL STIMSON CENTER Y PROFESORA ADJUNTA EN LA AMERICAN UNIVERSITY, SCHOOL OF INTERNATIONAL SERVICE
@JOHANNAWONK