DESDE AFUERA

Trump y la ultraderecha estadounidense

El movimiento de derecha ahora respalda los reclamos del Presidente en torno a un fraude electoral

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

Algunos dicen que el ascenso de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos puso a su sociedad frente a un espejo que refleja sus defectos.

Una especie de retrato de Dorian Grey, pero a nivel nacional, que refleja los vicios y los traumas escondidos de un país que hasta hace poco presentaba al mundo, y a sí mismos, la imagen de una sociedad no perfecta, pero perfectible, deseosa de correcciones y mejorías.

Pero no contaba con Los Confederados en el Ático, como señalaba un libro publicado hace 30 años. Y por confederado habría que entender la persistencia de actitudes racistas, xenofóbicas y ultraconservadoras reflejadas en puntos de vista que aún prosperan a pesar de haber sido derrotados en 1865.

La elección de Trump y sus cuatro años en el gobierno sacaron el retrato del desván y con él las restricciones que al menos formalmente habían sido impuestas por las ideas de quienes formalmente ganaron la Guerra de Secesión.

El periodo de Trump permitió a racistas y elementos de derecha, fascistas incluso, acercarse al poder en formas y niveles sin precedentes en décadas.

En ese sentido, las denuncias de fraude electoral que Trump ha propagado para justificar su derrota son tanto una bandera que establece el poder de ese sector en el Partido Republicano, como un punto de encuentro y hasta unificación para grupos dispersos a lo largo y ancho de Estados Unidos.

Ese movimiento de derecha lucha por un lugar de prominencia en la política estadounidense. 

El movimiento de derecha ahora respalda los reclamos de Trump en torno a un fraude electoral que hasta ahora no ha demostrado, pero se ha convertido en una medición de fuerzas política acompañada por lo que bien podría definirse como un intento de asonada, con la participación activa de grupos que como los Proud Boys suelen hacer gala de armamento en sus manifestaciones públicas.

Trump ha buscado lo mismo presionar a funcionarios de gobiernos estatales y promovido que legisladores federales republicanos, tantos como 14 senadores y 140 diputados, se suman en lo que puede ser un simbólico cuestionamiento de la elección del demócrata Joe Biden.

Pero al mismo tiempo ha sido abierto en su respaldo a que los Proud Boys y otros grupos realicen "manifestaciones salvajes" durante la certificación legislativa del voto en el Colegio Electoral. 

La alianza alrededor de Trump coaliga a grupos cuya ideología ha sido descrita como fascista, racista, antiizquierda y antisemita por organizaciones como la Liga Judía Antidifamación (ADL) o el Centro Legal de Pobreza en el Sur (SPLC), y legisladores de derecha que defienden en el papel principios como el de la soberanía estatal –que hace 150 años propugnaron los partidarios del sur confederado– y demandas creadas por problemas sociales y económicos que atribuyen al globalismo.

El retrato salió del desván y no parece haber forma de regresarlo.

POR JOSÉ CARREÑO
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1