ROMPEOLAS

Reconstrucción exprés en EU

Biden dio un giro de timón en materia migratoria, con la posibilidad de regularizar a 11 millones de indocumentados, y a un millón de dreamers y tepesianos. Los derechos humanos sí le importan

OPINIÓN

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Alejandra Martínez / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Las primeras horas de su gobierno, Joe Biden las dedicó a destrozar el corazón del legado de su predecesor Donald Trump, principalmente en temas migratorios, seguridad fronteriza, la lucha contra la pandemia y el combate al cambio climático.

El tema más urgente, sin duda, es el relativo al COVID-19; Estados Unidos es el país más enlutado, con más bajas estadounidenses que las ocurridas en la Segunda Guerra Mundial.

Donald Trump minimizó una y otra vez la gravedad del coronavirus, politizó el uso de la mascarilla, y desdeñó las opiniones de los científicos.

En contraparte, Biden prometió una movilización como "en tiempos de guerra”, ordenó el uso de cubrebocas en los edificios federales, transportes interestatales, vuelos, y los viajeros que lleguen a EU deberán hacer cuarentena, debido a las nuevas cepas del virus.

También reincorporó a EU a la Organización Mundial de la Salud y externó su intención de incorporarse al Covax, el mecanismo para distribuir inmunizaciones a países pobres; Biden se ha fijado como meta vacunar a 100 millones de estadounidenses los primeros 100 días de su administración.

Pero el cambio más simbólico es la detención inmediata de la construcción del muro fronterizo. En sus últimos días al frente de EU, Trump visitó una sección de la barda en Texas, su “legado más concreto”, como una muestra a sus seguidores de que cumplió su promesa más representativa, aunque en los hechos sólo 76 kilómetros son nuevos.

En muestra del cambio de mando, Biden también dio un giro de timón en materia migratoria, con la posibilidad de regularizar a 11 millones de indocumentados, y a un millón de dreamers y tepesianos, agilizando los trámites para solicitantes de asilo, deteniendo la separación de familias migrantes, y alistando un plan de sensibilización para elementos de la Patrulla Fronteriza. Para el nuevo Presidente los derechos humanos sí importan.

En cuanto al cambio climático, un tema del que Trump se decía escéptico, la nueva administración regresó a Estados Unidos al Acuerdo de París.

No obstante, y pese a todos los cambios, en algunos temas hay una significativa continuidad.

El gobierno de Biden seguirá reconociendo a Jerusalén (ciudad en disputa con Palestina) como la capital de Israel y su embajada permanecerá en esa ciudad, luego de que Trump la trasladó desde Tel Aviv en 2018.

También es inminente el reconocimiento al opositor Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela y se planean “sanciones más efectivas” contra el régimen de Nicolás Maduro.

Tampoco se esperan variaciones significativas en la relación de EU con China o Irán. Con Cuba aún no está claro si Biden seguirá la política de Barack Obama, de descongelar las relaciones con la Isla.

La nueva administración busca que EU retome su lugar como hegemón en el plano internacional que había sido descuidado por Trump. Pero, de momento, la reconstrucción más importante es la interna, hay que reconciliar a un país profundamente dividido.

POR ALEJANDRA MARTÍNEZ
ALEJANDRA.MARTINEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALEJANDRAMTZ_87