En plena celebración de la transición política en los Estados Unidos de América, con la llegada del nuevo presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris, la expectativa crece con respecto al cambio de dirección en las relaciones regionales e interregionales. En los diferentes planos que requieren las agendas globales.
Sin duda, con este cambio se propicia un nuevo momento de apertura al diálogo político y suma de voluntades para la solución de problemas comunes en las relaciones internacionales. Una promesa de que los asuntos globales volverán a contar con mayor abordaje y soluciones próximamente. Si no, de manera inmediata a partir de esta semana.
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El cambio para una forma positiva de enfrentar los asuntos que son particulares a la región, antes de que se sumen al agravamiento de un tenso clima en diferentes partes del mundo. Solidaridad y conocimiento para la distribución horizontal de los recursos y el crecimiento de opciones remediales en todos los campos son parte de los retos en este momento.
Conciencia del mundo ante una realidad en la que el acceso a soluciones está concentrado en este momento en las regiones y países con posibilidad de participar en la producción de la vacuna. Pandemia y solución a conflictos internacionales. Movilidad, un tejido social y económico adecuado para la recuperación a la cabeza.
La atención está puesta en la participación de los países, cambios de posición en espacios como Naciones Unidas, organismos regionales de carácter internacional y otros lugares decisivos para las relaciones internacionales, como la reunión del Grupo de Países del G20, MIKTA, BRICS o el Grupo de los 77 o la Alianza del Pacífico.
Un momento de definiciones, confirmación de compromisos en la práctica, sea global, regional o, bilateral. La pandemia azota sin distinciones de manera creciente. Las soluciones requieren necesariamente de aproximaciones regionales, además de locales. Atención directa y prioritaria a la luz de lo que ocurre en otras regiones y lugares.
En las Américas son pocos los países que han participado ya en la producción, pero se ha contado con el apoyo de países de otras regiones del mundo. La cooperación y el acceso a los fondos escasean. Movilidad, apertura o no de fronteras en espacios regionales o subregionales para atender y asegurar estrategias en especial los flujos migratorios que continúan haciendo crisis.
Por ahora, ocho países han reportado presencia de variantes de COVID19, Brasil. Canadá, Chile, Ecuador, Jamaica, México, Perú y Estados Unidos la identificada en Reino Unido, cuando Brasil y Canadá la de Sudáfrica, ha informado la Organización Panamericana de la Salud.
La dirección de la cooperación y de la ayuda al interior de cada región, depende de las cooperaciones interregionales. Decisiones políticas y acceso digital para todos, justo y equitativo en el territorio, claves para que todos los continentes salgan adelante con formas y sistemas de cooperación. Sin prejuicios o precondiciones.
POR GUADALUPE GONZÁLEZ
*CATEDRÁTICA UNIVERSITARIA