Martes 29 de diciembre. Cómo todos los días me levanté temprano para iniciar las actividades de la ultima semana hábil de 2020. Al realizar la rutina de aseos matutinos de rigor, ocurrió algo totalmente distinto a otros días. El primer aseo dental del día y me di cuenta de que había desaparecido el sabor de la crema dental.
Un segundo intento, el jabón para lavar manos y cara simplemente le había desaparecido el aroma. No daba crédito de lo que ocurría. Había informado en los programas de noticias sobre la pérdida del sentido del gusto y del olfato como primer síntoma de una infección por COVID-19 pero nunca fui consciente de lo que eso significaba.
No era la primera vez que perdía el sentido del gusto. En dos ocasiones anteriores ya había sucedido, pero en esa experiencia la pérdida de los sentidos iba acompañada de un malestar general, constipación y abundante flujo nasal. En esta ocasión nada, absolutamente nada. Parecía que algo se había desconectado.
No había constipación, ni dolor de cabeza, ni muscular o de articulaciones. No había alta temperatura, ni falta de aire. No tuve duda en informar este síntoma a mi esposa, fuimos al médico, me realizaron una prueba PCR. Diagnóstico positivo. No salía de mi asombro, yo tan cuidadoso con el lavado de manos, uso de cubrebocas y el virus estaba instalado en mí. Pensamientos de miedo y de dolor. Mi familia también estaba contagiada.
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Ese mismo día sin esperar más iniciamos un tratamiento que incluyó un antibiótico para prevenir infecciones pulmonares, un anticoagulante para evitar trombos a consecuencia del virus, un agente antiparasitario experimental con buenos resultados anti Covid, mucha hidratación, nada de comer o beber a temperaturas bajas y un resguardo de al menos quince días. A 18 días del primer síntoma, todos estamos bien, no presentamos cuadros graves por la presencia del virus en nuestro cuerpo.
Seguidores me preguntan que cómo le hice. La respuesta es sencilla. No espere un solo día al detectar el primer síntoma para iniciar con tratamiento médico.. Es decir, el tratamiento temprano de la infección por coronavirus ofrece una buena posibilidad de llevar una recuperación alejada de síntomas graves y sin la necesidad de acudir a un hospital.
Ante la saturación que reportan los hospitales de todo el país del orden del 90 por ciento y ante la seguridad de que millones de personas en México y el mundo se contagien con este virus, sólo nos queda actuar rápido, temprano, sin esperar a ver qué pasa. Una actitud pro activa aumenta la posibilidad de éxito en el tratamiento de COVID-19. No oculte los síntomas, no lo deje para después, no desaparece milagrosamente. Se trata de actuar con rapidez y con valor.
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Corazón sí siente
Donald Trump, aún presidente de los Estados Unidos está más solo que nunca. Sin embargo ya logró su objetivo, complicarle la presidencia a Joe Biden. Sólo con eso ya se siente tranquilo.
POR JESÚS MARTÍN MENDOZA
JESUS.MARTIN.MENDOZA001@GMAIL.COM
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