Todos los países tienen sus traumas, sus propias circunstancias históricas fueron moldeando los temas que hasta hoy son tabú: en Alemania es el nazismo, en España la dictadura de Franco; en México, el tema tabú por excelencia es la reelección. Desde que Porfirio Díaz tuvo a bien reelegirse seis veces con serias dudas de la legitimidad del proceso, en el país, decir “reelección” era causa sacrílega; no se podía decir… hasta este año.
Estas elecciones de 2021 será la primera vez en que legisladores podrán ser reelectos. Y claro, como no son tontos, el 90 por ciento de los diputados ya se apuntaron para repetir por tres años más. Obviamente.
El tema de la reelección no es algo que se haya aprobado en lo oscurito por Morena ni nada nefario. De hecho, el partido de AMLO no existía cuando esta reforma fue aprobada en 2014, hace casi siete años; sin embargo, hasta ahorita entrará en vigor. Paréntesis cultural: la reforma dice que tanto diputados y senadores pueden ser reelectos para el siguiente periodo inmediato, los senadores una vez, los diputados hasta tres veces.
Les decía que los cambios para permitir la reelección fueron hechos en 2014 y en todo ese tiempo que pasó desde entonces, nadie tuvo la idea, ni un aire de sentido común, para proponer las reglas que habría que seguir. Les valió pinole. Básicamente los nenes legisladores no hicieron su trabajo.
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Entonces, antes de que terminara el 2020, los amigos del INE tomaron cartas en el asunto. Al final dijeron que los diputados no tienen que dejar su cargo para aspirar a ser reelectos, pero tienen que cumplir con dos condiciones: deben participar por el mismo distrito (nada de que te mueves de Monterrey a Campeche) y con el mismo partido. Entonces, con estas reglas, los diputados seguirán cobrando su sueldo mientras andan en campaña. Personalmente no lo veo mal, mientras le pongan prioridad a su chamba.
Nuestros queridos diputados, fieles representantes de la opinión popular, tenían hasta la media noche del lunes 4 de enero para avisar si querían entrarle a la reelección o no: el 89 por ciento sí quiere repetir. Más del 90 por ciento de los diputados de Morena, PES y PT se apuntaron, más del 80 por ciento del PAN y MC también. El único caso raro es el PRI.
Con los del PRI van a dejar solamente a cinco de los 48 diputados que tienen. Será por algo que quieren dejar ahí a tan pocos. Lo que me cuentan por ahí, desde las profundas cloacas de la política, es que quieren revivir a viejos personajes como Ignacio Rubí Salazar y Gustavo Cárdenas, dos priístas de hace años. Claro, porque justo eso es lo que el tricolor necesita para sobrevivir: más de lo mismo de siempre.
Ese es el tema con los diputados. Y creo que ahorita es un buen momento para que, como ciudadanos responsables, hagamos dos cosas: una, que averigüemos quién es nuestro diputado y dos, evaluar si hizo una buena chamba o no. Es lo mínimo que podemos y debemos hacer para tomar una buena decisión dentro de cinco meses, el día de los comicios electorales.