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La nena amena de Morena

No me vayan a acusar de machista, de marchista, de marxista o de manchista. ¿Qué es Morena? ¿Cómo es Morena?

OPINIÓN

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Si usted pensara como yo, no estaría leyendo este artículo. Estoy seguro de que como inteligente y aguda mujer o como ilustrado e ilustre compañero, no comulga con estas ideas, sin embargo, yo escribo para usted, piense como piense y sienta lo que sienta, la verdad asienta. Amo a los Partidos Políticos, los mantengo, al igual que usted, involuntariamente. Viven del erario, de los impuestos, del trabajo de usted y del de 100 millones de mexicanos. Creo en la Constitución, creo firmemente en la Carta Magna en su artículo 41 (but of course), ese inmortal artículo Forty One que dice que Los partidos políticos son entidades de interés público; Todos.  Los partidos políticos tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, fomentar el principio de paridad de género, contribuir a la integración de los órganos de representación política, y como organizaciones ciudadanas, hacer posible su acceso al ejercicio del poder público, de acuerdo con los programas, principios e ideas que postulan.

Sin embargo, en el caso de Morena, las cosas van muy difíciles por la simple y sencilla razón de que con AMLO al frente, ganaron apabullantemente las elecciones de Julio de hace dos añotes. Y como ganaron, ahora todos se pelean por ser sus chambelanes. Y no hay poder humano que los ponga quietos y quietas o viceversa, no me vayan a acusar de machista, de marchista, de marxista o de manchista. ¿Qué es Morena? ¿Cómo es Morena?

Teóricamente, según sus Estatutos, “MORENA es un partido político de hombres y mujeres libres de México que luchan por la transformación pacífica y democrática de nuestro país”. Su objetivo es lograr un cambio verdadero, es decir, que se garantice a todas las y los habitantes del país una vida digna, con derechos plenos; que se realice la justicia, se viva sin temor y no haya exclusiones ni privilegios. Un cambio de régimen como el que proponen significa acabar con la corrupción, la impunidad, el abuso del poder, el enriquecimiento ilimitado de unos cuantos a costa del empobrecimiento de la mayoría de la población. Un cambio verdadero supone el auténtico ejercicio de la democracia, el derecho a decidir de manera libre, sin presiones ni coacción, y que la representación ciudadana se transforme en una actividad de servicio a la colectividad, vigilada, acompañada y supervisada por el conjunto de la sociedad. Un cambio verdadero es hacer realidad el amor entre las familias, al prójimo, a la naturaleza y a la patria. Bueno. Que así sea, pero aún hay más, como decía el antipático Raúl Velasco de mis tiempos.

Sus objetivos son:  a. La transformación democrática y pacífica del país, como objetivo superior; b. La formación de una organización de hombres y mujeres libres y decididos a combatir toda forma de opresión, injusticia, desigualdad, racismo, intolerancia, privilegio, exclusión y destrucción de las riquezas y el patrimonio de la nación; c. La integración plenamente democrática de los órganos de dirección, en que la elección sea verdaderamente libre, auténtica y ajena a grupos o intereses de poder, corrientes o facciones; d. La búsqueda de la erradicación de la corrupción y los privilegios a que se han asociado de manera dominante los cargos públicos y la representación política; e. La batalla sin tregua por la conquista de una libertad verdadera, que sólo podrá ejercerse a plenitud cuando no exista el tráfico con el hambre y la pobreza del pueblo, que implique la compra de su voluntad; f. El mayor despliegue de energías, identidades, memoria y creatividad del pueblo de México para alcanzar su pleno desarrollo humano, individual y colectivo, y el engrandecimiento de nuestra patria. No está mal, digo yo. Pero a lo mejor usted tiene otro proyecto mejor y quién soy yo para bajarle las ideas. Nadie. Sería absurdo que cualquiera nos quiera imponer su pensamiento, ideología o religión.

Empero, lo que más me gusta de MORENA es lo que dice en el artículo 3 de sus Estatutos que son maravillosos a estas alturas. Dice así:

Artículo 3°. Nuestro partido MORENA se construirá a partir de los siguientes fundamentos:

a. Buscará la transformación del país por medios pacíficos, haciendo pleno uso de los derechos de expresión, asociación, manifestación y rechazo a las arbitrariedades del poder, garantizados por la Constitución;

b. Que a las y los Protagonistas del cambio verdadero no los mueva la ambición al dinero, ni el poder para beneficio propio;

c. Que las y los Protagonistas del cambio verdadero busquen siempre causas más elevadas que sus propios intereses, por legítimos que sean;

d. Asumir que el poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás;

e. Luchar por constituir auténticas representaciones populares;

f. No permitir ninguno de los vicios de la política actual: el influyentismo, el amiguismo, el nepotismo, el patrimonialismo, el clientelismo, la perpetuación en los cargos, el uso de recursos para imponer o manipular la voluntad de otras y otros, la corrupción y el entreguismo;

g. La afiliación será individual, personal, libre, pacífica y voluntaria, sin corporativismos de ninguna índole; sin que se permitan facciones, corrientes o grupos que vulneren la soberanía del partido, es decir, su capacidad exclusiva de dirección general;

h. La exclusión de quienes se prueben actos de corrupción, violación a los derechos humanos y sociales o actividades delictivas;

i. El rechazo a la subordinación o a alianzas con representantes del régimen actual y de sus partidos, a partir de la presunta necesidad de llegar a acuerdos o negociaciones políticas pragmáticas, de conveniencia para grupos de interés o de poder;

j. El rechazo a la práctica de la denostación o calumnia pública entre miembros o dirigentes de nuestro partido, práctica que suele ser inducida o auspiciada por nuestros adversarios con el propósito de debilitarnos o desprestigiarnos. Si existe presunción o prueba de faltas graves cometidas por un/a militante o dirigente, quienes pretendan que se investiguen, y en su caso, se sancione, deberán acudir a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia, la que resolverá de acuerdo con los principios y normas de nuestro partido.

Ahora Morena es el partido en el Poder y quiere sostener esa posición en las elecciones del año entrante, PERO, ¡Pero! Sus dirigentes no sólo están divididos, fracturados, atomizados, y lo que es peor CONFRONTADOS, a menos de 50 semanas de las elecciones. No tienen perdón de Dios, y perdonen que invoque su nombre en vano, pero me atrevo a creer, porque soy atrevido y no aterido, que no hay poder humano que los ponga de acuerdo por tres razones, a saber: diría mi maestro Rogerio Fentanes el de Cosamaloapan, Una, porque la ambición del poder es una enfermedad irreversible, progresiva y mortal, Segunda, porque ninguna y ninguno de los candidatos tienen el suficiente arrastre para que su elección o designación sea contundente y Tres, porque no creen en lo que dicen los estatutos, sus documentos esenciales, la trayectoria del Movimiento de Regeneración Nacional y todas y todos creen que pueden llenar el espacio que ocupó Andrés Manuel López Obrador con su liderazgo histórico.

Peor aún, cada una y cada uno de los que se ofrecen como salvadores de la debacle morenista, implican un síndrome de exclusión de los otros, es decir, parece que son inintegrables, se asumen maniqueícos, todo o nada, sólo acepto al otro o a la otra si se subordinan a mi proyecto genial y yo voy de cabeza indiscutible. Otro si digo, como se persignan los leguleyos, todos están dispuestos a judicializar el asunto, ya traen bombo al Tribunal electoral y a la SCJN y lo que falta. El problema es que ellos no son de Morena, creen que Morena es de ellos. Al final se van a repartir las candidaturas como si fuerzan botines y colorín colorado, tres años más en caída libre. [nota_relacionada id=1201025]

POR RAMÓN OJEDA MESTRE

COLABORADOR

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