Se cumplen dos años de la llegada de la cuarta transformación al frente de la administración del país y con ello, un sinnúmero de voces se suma a la conversación destacando sus éxitos y fracasos. En la historia democrática del país no habíamos tenido una población tan informada e interesada en los temas políticos ni tampoco tan polarizada.
Sin embargo, hay temas neurálgicos en la agenda nacional en las que todos coincidimos es necesario resolver, como la seguridad. En México, en 2019 se registraron más de 35 mil homicidios, convirtiéndolo en el más violento desde que se lleva registro.
Sin duda, la estrategia no está funcionando. Por una parte, tenemos un gobierno federal que se desmarca, argumentando que se recibió un país en ruinas, que se actuará acusando a quienes actúen con violencia con sus papás y abuelos, y por la otra, un crimen más organizado y diversificado que nunca, que desquebraja disparo con disparo el Estado de derecho y las garantías de la sociedad.
Hace unos días amanecimos con la penosa noticia del atentado contra del secretario de Seguridad Ciudadana, en Paseo de la Reforma, un hecho profundamente simbólico, ya que fue en uno de los puntos más vigilados de la capital, a unos kilómetros de las sedes del poder político y judicial del país.
Este acto excepcional nos demuestra el nivel y capacidad operativa de las fuerzas criminales en México, en donde en cuestión de días, se puede planear y ejecutar el asesinato de uno de los personajes más destacados en la lucha contra el narcotráfico. Conforme avanzan las investigaciones, somos testigos de la facilidad con la que estos grupos acceden a armamento, vehículos, bodegas y casas de seguridad, para poner en duda no sólo la estrategia que se sigue para su combate, sino incluso la capacidad de hacerles frente.
Han sido dos años muy dolorosos en los que hemos visto cómo la falta de estímulos del bienestar (una palabra que escuchamos todos los días), aunada a una forma tibia de hacer política y conseguir consensos, nos han dejado capítulos como la penosa liberación del hijo de Joaquín Guzmán Loera por órdenes del propio Presidente.
Qué decir de la Guardia Nacional, otra pantomima comisionada a la Sedena y Semar a la que se le tiene que destinar infraestructura, recursos operativos y financieros para tareas de vigilancia migratoria y protección de ductos de Pemex. Mientras que esta institución endeble en términos jurídicos y operativos, desempeña lo que sea que haga, el Ejército está ocupado construyendo un aeropuerto público en una de sus bases aéreas.
Y para terminar, me llena de dolor ver cómo Guanajuato, mi hogar, vive la peor crisis de seguridad en la historia. Irónicamente el desarrollo económico lo ha hecho atractivo para la delincuencia y narcotráfico. Es urgente que se revisen las actuaciones de la Fiscalía del estado, los gobiernos locales están cada vez más aislados en su funcionamiento y las fuerzas del orden están rebasadas y peor aún, coludidas.
¿Estaremos de verdad en condiciones de celebrar dos años de mandato y presumir los avances conseguidos? La realidad tiene la respuesta. [nota_relacionada id=1124272]
POR AZUL OGAZÓN
DIRECTORA DE MEM INDUSTRIAL
AZUL.OGAZON@HFMEXICO.MX
@AZUL_OGAZON
amf / eadp