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Caso Paulette: Castillo(s) en el aire

OPINIÓN

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A casi dos semanas del estreno de la serie de Netflix sobre el Caso Paulette, valen algunos señalamientos de cómo se manejó el tema en su momento y, sobre todo, recordar que es un tema que no satisface ya no digamos a la opinión pública, sino al más mínimo sentido común.

La pieza de Netflix, que se mueve entre el cuasi-documental y la ficción, rememora a los principales personajes involucrados en la desaparición y hallazgo del cuerpo de la niña Paulette Gebara Farah.

En lo que nos queda a deber, como ha quedado a deber la autoridad estatal desde hace 10 años y tres meses, es en resaltar que, hasta ahora, es un caso cerrado inconcluso.

Se exhibe a los padres, de quienes se subraya cómo cayeron en contradicciones ante la autoridad, pero el relato de Netflix no escarba en por qué la autoridad no ejerció acción penal ante la falsedad de testimonio, sobre todo tratándose de una muerte.

No se plantea siquiera la pregunta: ¿por qué, tras certificar que mintieron respecto al paradero y suerte de su hija, no les ocurrió nada? Especialmente a Mauricio Gebara, pues a la madre, Lisette Farah, los medios y la opinión pública se encargaron de lincharle. No se explora en la presunta relación de cercanía que tenía con el gobernador en turno, Enrique Peña Nieto, y con otros funcionarios, vigentes en el Edomex.

Se exhibe la incompetencia de Alberto Bazbaz, efectivamente –vaya que dio tumbos–, pero poco, o nada, se delinea respecto a quién le pidió que fuera tan incompetente. Por el trato que tuve con él, puedo afirmar que es todo, menos carente de inteligencia. Fue una suerte de actuar, deliberadamente, de forma distraída. ¿Quién se lo pidió? Sigue siendo pregunta que ni en la ficción-realista de Netflix se sugiere.

Y sobre todo, se exhibe a Alfredo Castillo, el entonces subprocurador de Justicia del Edomex para la región Cuautiltán, quien fue llamado para echar a andar una no-investigación que, pese a las evidencias de sus yerros, no le costó nada, sino que le sirvió de trampolín político. Con su toque, irónicamente su propio nombre ilustra lo que, hasta nuestros días, sigue siendo el Caso Paulette: Castillo(s) en el aire. Nadie se hace responsable de retomar el tema.

La miniserie es bastante recomendable, desde luego. Tanto para aquellos que conocimos del tema de primera mano como para los que aún no tenían claro cómo operó el gobierno de Peña Nieto. En sus últimos días de mandatario en el Edomex, en entrevista, me respondió si el resultado del Caso Paulette lo dejaba satisfecho o no, y si sería usado para atacarlo en la campaña presidencial venidera (candidatura que en esa entrevista aceptó que quería buscar): “Al estar al frente de una gestión encuentras momentos sensibles, álgidos, polémicos. El tema Paulette fue uno de ellos, y donde la actuación del gobierno del estado fue apegada a derecho, aun reconociendo los errores cometidos en la investigación, que llevó a un resultado puntual, abierto, dada la visibilidad que tuvo el caso”, me respondió. No fue un tema álgido. Fue el encubrimiento de una mentira que, hasta hoy, nadie ha aclarado. #JusticiaParaPaulette. [nota_relacionada id= 1097839]

POR HUGO CORZO
HUGO.CORZO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@HUGO_CORZO
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