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El ciberacoso no es un juego

Debemos educar con valores e igualdad a nuestras niñas, niños y adolescentes, pues las muestras de odio, discriminación e incluso algunos actos delictivos, se trasladan de la vida real al mundo cibernético

OPINIÓN

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El acoso virtual consiste en el uso de medios digitales para atacar, molestar o acosar a una persona o a un grupo de personas.

Existen diferentes prácticas relacionadas con el ciberacoso, entre ellas están los ataques con alusión personal, la suplantación de identidad para menoscabar la imagen, difusión de información o imágenes falsas o confidenciales e incluso puede combinarse con otros tipos de acoso como es el sexual o el acoso escolar.

Si bien el ciberacoso es una práctica generalizada, afecta especialmente a las y los adolescentes, lamentablemente algunas prácticas de ciberacoso están relacionadas con conductas dañinas como el autoinfringirse heridas, el participar en retos que ponen en riesgo la integridad física, la difusión de imágenes de pornografía infantil y en los casos más graves con el suicidio.

Según el Módulo sobre Ciberacoso (Mociba) 2019 publicado por el Iinegi, los adolescentes y jóvenes son los más expuestos: 28.1 por ciento de los hombres de 12 a 19 años, y 36.4 por ciento de las mujeres de 20 a 29 años vivieron algún tipo de ciberacoso en los últimos 12 meses previos a su publicación.

De la población usuaria de Internet, el 23.9 por ciento vivió alguna situación de acoso cibernético en los últimos doce meses (17.7 millones de personas). Siendo ligeramente mayor para mujeres (24.2 por ciento) que para los hombres (23.5 por ciento); el riesgo de ser víctima de ciberacoso es latente, pues en México 72.9 por ciento de la población de 12 años y más, utiliza internet en cualquier dispositivo.

Lo cierto es que pese a los riesgos que implica el mundo digital, no se puede estar fuera de él, ya que es la herramienta educativa y de información preponderante, y no se puede mantener una prohibición de internet hacia las niñas, niños y adolescentes; pero lo que sí podemos hacer es informar a los niños, niñas y adolescentes sobre los riesgos que trae consigo el mundo digital y mantener ciertas prácticas y herramientas digitales que ayuden a vigilar los contenidos dañinos que pueden llegar a los dispositivos que frecuentan las niñas, niños y adolescentes.

De igual forma, debemos educar con valores e igualdad a nuestras niñas, niños y adolescentes, pues las muestras de odio, discriminación e incluso algunos actos delictivos se trasladan de la vida real al mundo cibernético, viéndose potenciados en este, toda vez que ofrece difusión masiva y anonimato para el victimario.

Invito a que todas y todos nos responsabilicemos a mantener espacios de convivencias sanos y libres de violencia en los medios digitales, teniendo en cuenta que nuestra niñez y juventud es la que más frecuenta esos espacios y más aún durante estos días en los que la digital es la única ventana abierta para su educación o distracción, y en muchas ocasiones sin ningún tipo de supervisión. [nota_relacionada id=999226]

POR JESÚS VALENCIA

TITULAR DE ESTRATEGIA PARA LA PAZ CON ENTIDADES DE LA SSYPC

@VALENCIA_GUZMAN

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