Según un estudio publicado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en el peor de los escenarios, más de 10 millones de mexicanos podrían caer en pobreza extrema tras la contingencia sanitaria.
Un informe de la Cepal llega a una conclusión en este mismo sentido. El organismo dependiente de Naciones Unidas prevé que México será de los países de la región donde el incremento de la pobreza extrema será mayor, al pasar de 11.1 a 17.1 por ciento (equivalente a siete millones 620 mil mexicanos). Una cifra que ya ha sido aceptada en su momento por el Presidente y tomada en consideración por diferentes calificadoras.
Ahora bien, es importante mencionar que, en el caso de México, la propagación de la pandemia precipitó la debacle de una economía que se resistía a despegar desde diciembre de 2018, cuando comenzó el gobierno de la denominada Cuarta Transformación. Es decir, la pandemia llegó para acentuar la mala racha de un comportamiento económico que pintaba para caer en recesión y que, al menos, meses antes de la contingencia ya mostraba un notable estancamiento.
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A menos de 50 días de la declaratoria de emergencia sanitaria, el PIB ha profundizado su desplome, mientras la pérdida de empleos ya supera las cifras registradas durante los primeros cuatro meses de 2009. No hay que olvidar que durante los primeros cuatro meses del año se perdieron 555 mil 247 empleos, de los cuales 66 por ciento eran permanentes y 34 por ciento, eventuales.
Lo más importante es que si esta propensión se mantiene hasta el próximo 31 de mayo, fecha que el gobierno tiene estipulada para poner fin a la cuarentena, la pérdida de empleos afiliados al IMSS podría superar los 620 mil, una cifra sin precedentes en la historia reciente del país para un periodo de apenas cinco meses. ¿De qué manera se está haciendo frente a tal problema?
Para paliar los efectos de la contingencia sanitaria sobre la economía, el Ejecutivo federal ha centrado su atención en dos aspectos: los programas sociales y los créditos a pequeñas y medianas empresas (pymes). Dos medidas que desde la realidad del mercado interno son acertadas si se toma en consideración que las pymes son la mayor fuente de empleos a nivel nacional. Es importante reflexionar que la naturaleza de un golpe en el mercado interno derivado de la incertidumbre pos-COVID-19 no será fácil de enfrentar para cualquier gobierno.
Es momento de reactivar la economía con proyectos que logren terciar la inversión de empresas para aligerar la carga fiscal de muchas de ellas. Una de las grandes lecciones de esta pandemia es la de haber acentuado los retrasos estructurales que se tienen en la economía, los cuales han dejado en la indefensión y vulnerabilidad a millones de mexicanos por décadas. Si la Cuarta Transformación quiere pasar a la historia como un parteaguas en el devenir económico, debe modificar sustancialmente los ejes de esta deprimente situación y cerrarle la puerta a la improvisación y la inmediatez.
POR LUIS MIGUEL MARTÍNEZ ANZURES,
PRESIDENTE DEL INSTITUTO NACIONAL DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
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