La contingencia sanitaria por COVID-19, continúa causando estragos. En los próximos meses, el confinamiento podría aumentar los embarazos no deseados hasta en 7 millones en el mundo. La ONU señala como posibles causas a la incapacidad de miles de mujeres para obtener anticonceptivos, no poder acceder a una adecuada planificación familiar por las restricciones de la cuarentena o por relaciones forzadas ante violencia sexual.
Por otra parte, durante el confinamiento es normal el aumento de las relaciones sexuales consensuadas en pareja. El problema es el contacto sin anticonceptivos ni planificación.
México ocupa el primer lugar en Latinoamérica y el segundo en el mundo con 760 mil casos al año de embarazos no deseados en mujeres mayores de 20 años. Además, es el país integrante de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con más adolescentes embarazadas (12 a 17 años). Esta situación podría incrementar, si no se genera una estrategia eficaz de prevención y atención durante la pandemia.
La Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA), ha logrado disminuir los embarazos no planeados de 17.8% en 2018, a 15.1% a finales del 2019. Pero las acciones deben continuar, pues las complicaciones durante el embarazo y el parto siguen siendo la segunda causa de muerte entre las jóvenes de 15 a 19 años.
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En la Ciudad de México, el gobierno de Claudia Sheinbaum, a través de la Secretaría de Salud local, continúa proporcionando anticonceptivos gratuitos, seguros y de forma confidencial en cada centro de salud. Sin embargo, se debe aumentar la difusión de esta disponibilidad y el acceso, pues miles de mujeres no pueden salir de su casa al ser agredidas.
Asimismo, para abatir la violencia de género, sería acertado aumentar los recursos para rehabilitar todas las LUNAS donde se atiende a mujeres víctimas de violencia.
Los embarazos no deseados en esta cuarentena llevarían a tomar decisiones como continuar con la gestación bajo relaciones poco afectivas o recurrir al aborto, corriendo el alto riesgo de contagio que existe en los hospitales públicos, ante la saturación de posibles pacientes con COVID-19.
[nota_relacionada id= 999741]Necesitamos una política pública que permita llegar a todas las mujeres y hombres del país en edad reproductiva, así como reforzar los mecanismos de denuncia para aquellas mujeres forzadas a mantener relaciones sexuales sin consentimiento, con una difusión masiva en medios de comunicación.
La inserción de la tecnología en la salud y la vida, será un gran aliado para nuestro país de ahora en adelante. Esperamos una buena estrategia de prevención que llegue hasta los sectores más vulnerables, hacia una nueva era de la salud en México, que enseñe a reaccionar y replantearnos la nueva realidad.
POR GABRIELA G.JIMÉNEZ GODOY
@DIMEYJUNTOSLOHACEMOS
PRESIDENTA DE LA FUNDACIÓN DIME Y JUNTOS LO HACEMOS E INTEGRANTE DEL COLECTIVO 50+1.
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