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Empoderamiento económico de la mujer

OPINIÓN

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El empoderamiento económico de las mujeres es un proceso crucial para garantizar nuestro Derecho Humano al desarrollo profesional. Este proceso debe ser más determinante en sociedades como la nuestra, donde la cultura machista está arraigada en las generaciones, suprimiendo a la mujer, y generando una brecha salarial que no cumple la premisa “Salario igual a trabajo igual”.

Esta brecha que viven millones de mujeres, representa una diferencia entre sueldos hasta 63% menos que el percibido por los hombres. El Informe Mundial Financiero expone que las mujeres aportamos el triple de capacidad productiva. Ante la percepción de que las mujeres hemos accedido a diversos espacios públicos y privados, la realidad es que sólo ocupamos 24.4% de las posiciones de dirección política dentro de los poderes Ejecutivo y Judicial, y los órganos autónomos. El Congreso de la Unión y congresos locales se acercan a 50%.

No ha sido sencillo impulsar mecanismos que garanticen la igualdad entre géneros, pero lo alcanzado hasta el momento demuestra el esfuerzo para conseguir el reconocimiento a nuestros derechos. En esta lucha, miles de mujeres han sido partícipes, obligando a las nuevas generaciones a seguir consiguiendo el reconocimiento de nuestros derechos, creando conciencia del papel de mujeres y hombres, en todos los ámbitos. El fin debe ser el respeto a derechos de forma universal y la eliminación de estereotipos que generan discriminación y violencia.

Las mujeres hemos remado contra corriente en los ámbitos profesional y laboral, en donde hemos padecido acoso, hostigamiento, violencia psicológica y económica. Desafortunadamente, la oficina es uno de los principales lugares donde se ejerce agresión por parte de un hombre. Aunado a eso, tenemos que lidiar con la violencia sexual en el transporte público. En el hogar, muchas son presas de la violencia familiar. Y, en general, en cualquier espacio somos vulnerables, pues la última encuesta de ONU MUJERES 2020, muestra que 3 de cada 10 mujeres ha vivido algún tipo de violencia en lugares públicos.

Lo anterior, exhibe que la violencia de género ha escalado niveles inimaginables, siendo distintas las razones que la generan. Lo cierto es que debemos inculcar una cultura de igualdad desde una edad temprana, sin discriminación ni estereotipos. Los hechos de violencia son motivo para que hoy las mujeres alcemos la voz, estemos preparadas bajo nuevos esquemas y perfiles de organización. Debemos entender que el Empoderamiento Económico garantiza nuestra autonomía y participación en el país, formando parte de la construcción social.

Es importante que las mujeres seamos activas en la economía, porque con ello fortalecemos la competencia y prosperamos de manera individual. El empoderamiento también implica una mayor intervención en la toma de decisiones, que puedan favorecer a otras mujeres y niñas. Por lo tanto, fortalecer el andamiaje jurídico para que las oportunidades sean igualitarias, así como una cultura de igualdad y no discriminación, nos garantizarán un país de primer nivel.

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POR GABRIELAG. JIMÉNEZ
INTEGRANTE DEL COLECTIVO 50 + 1 Y PRESIDENTA DE LA FUNDACIÓN DIME Y JUNTOS LO HACEMOS

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