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COVID-19: cambio entre ricos y pobres

El nuevo coronavirus está suponiendo, según lo han definido algunas autoridades, la mayor crisis sanitaria en el mundo desde la Segunda Guerra Mundial

OPINIÓN

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El COVID-19 sigue expandiéndose, y quizá nos anime mirar cómo el ser humano ha superado otras muchas enfermedades con una tasa de mortalidad y con una preparación científica mucho peor. Eso sí, a veces pagando un gran precio por ello.

El nuevo coronavirus está suponiendo, según lo han definido algunas autoridades, la mayor crisis sanitaria en el mundo desde la Segunda Guerra Mundial. La sanidad pública de muchos países, y también la economía, se ha visto azotada por las decisiones de cuarentena que se han tomado.

También se repite con insistencia el mensaje de que esto pasará, y que el verdadero esfuerzo debe estar en poner el foco en que sea rápido, para frenar la curva de contagios y, con ello, retomar lo antes posible la actividad económica normal. Lo cierto es que, echando un vistazo a la historia de la humanidad, podemos tener claro que el ser humano ha superado pandemias devastadoras.

Al hablar de grandes pandemias se suele aludir a la peste bubónica, en todas las oleadas que tuvo desde el siglo XIV hasta el XX; la mal llamada Gripe Española, de 1918, o la remota plaga de Justiniano del siglo V. Todas ellas causantes de millones de muertes, pero también de otros brotes más modernos que, afortunadamente, no tuvieron tanta mortalidad, como el SARS de comienzos de milenio.

El historiador por la Stanford University, Walter Scheidel, explicó por qué los más ricos del mundo temen tanto a este tipo de epidemias que arrasan con la vida de las personas, pero sobre todo con las economías.

El coronavirus, como plagas anteriores, podría cambiar el equilibrio entre ricos y pobres, explicó Scheidel en su columna en The New York Times titulada “Por qué los ricos temen a las pandemias”. Describe cómo la mayoría de las grandes catástrofes epidemiológicas impactó en la relación entre los reinos y las capas más desprotegidas de la sociedad.

Refiere que, durante siglos y milenios, las plagas y otras conmociones severas han moldeado las preferencias políticas y la toma de decisiones por parte de los responsables. Las opciones de política que resultan determinan si la desigualdad aumenta o disminuye en respuesta a tales calamidades. Y la historia nos enseña que estas elecciones pueden cambiar las sociedades de manera muy diferente.

El columnista relató que, a lo largo de los años en Europa, durante la Edad Media sobre todo, el poder constituido pretendía mantenerse incólume y férreo con sus privilegios. Eso a pesar de las demandas de los trabajadores. Sin embargo, eso cambió de forma paulatina a medida que aparecían epidemias que configuraban aquel presente.

“Los trabajadores podían esperar mejores salarios, y los propietarios y los empleadores rompieron filas entre sí para competir por la escasa mano de obra”, apunta.

La lección para el mundo, perdura. El impacto de cualquier pandemia va mucho más allá de las vidas perdidas y el comercio restringido. Hoy, se enfrenta una elección fundamental entre defender el statu quo y/o adoptar un cambio progresivo. La crisis actual deberá provocar reformas redistributivas similares a las desencadenadas por la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial.

Primero los pobres. [nota_relacionada id=966402]

POR IGNACIO CABRERA FERNÁNDEZ

DIRECTOR GENERAL DE DIPLOMACIA TURI?STICA

eadp

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